PAREN LA MANO CON DOOHAN

Es entendible la ansiedad lindante con la desesperación, de muchos argentinos por ver a un compatriota en el elenco estable de la Fórmula 1. Para la costumbre impuesta desde los tiempos de Fangio, Froilán y Reutemann, resultaron muchos, demasiados, los 23 años que pasaron entre la opaca despedida de Gastón Mazzacane en Imola 2001 y la repentina llegada de Franco a Williams en Monza 2024.

Es entendible la ansiedad lindante con la desesperación, de muchos argentinos por ver a un compatriota en el elenco estable de la Fórmula 1. Para la costumbre impuesta desde los tiempos de Fangio, Froilán y Reutemann, resultaron muchos, demasiados, los 23 años que pasaron entre la opaca despedida de Gastón Mazzacane en Imola 2001 y la repentina llegada de Franco a Williams en Monza 2024.

Las buenas actuaciones de Colapinto, especialmente en la parte inicial, potenciaron la ilusión de una continuidad pese a que desde el primer momento estaba claro que no había lugar en Williams. Había que encontrarle uno y así comenzó a girar alocadamente la ruleta de las especulaciones y la bolilla cayó en el renovado Alpine, pero como piloto de reserva. Lo mismo que en Williams, pero supuestamente con una mejor proyección por esa inestabilidad que acompaña la presencia de Jack Doohan, como compañero del experimentado Pierre Gasly, por una supuesta cláusula que condiciona su continuidad a su rendimiento en las primeras 5/6 carreras. A partir de esta situación se intensificó el bombardeo mediático para promover a ese lugar a Colapinto, incluso en medios no especializados. Se basó en la incierta situación del australiano en Alpine y eso se tomó más que como una condición como una sentencia, que incluso desde varias fuentes adelantaban su ejecución como sin la decisión ya estuviese tomada con más injerencia de lo económico que del rendimiento deportivo. “Franco se sube en Miami” aseguran mucho” como ese verdugo que ya conoce la fecha de ejecución.

A todo esto, con su conocida astucia y cinismo Flavio Briatore (asesor deportivo de Alpine) juega a dos puntas coqueteando con Franco pero también aclarando que “arrancamos con Gasly y Doohan y vemos cómo va todo…” Polémico zorro viejo de la Fórmula 1 y conocedor de todo sus vericuetos legales y no tanto, Flavio espera su momento. Si sus intereses, deportivos y económicos, lo ameritan no tendrá piedad en despedir a Doohan. Tampoco le temblará el pulso en desprenderse de Colapinto si no se transforma en la gran figura que dice imaginar. A recordarlo quienes se ufanan del actual apoyo del italiano a Franco. Más que en otro lado, en la Fórmula 1 cobra vigencia el “hoy un juramento, mañana una traición…” que advierte la letra del tango.

Este bombardeo mediático de las redes sociales ya ha superado límites y preocupa al entorno de Colapinto al punto que Jamie Campbell Walter (uno de sus representantes) pidió atenuar la intensidad y agresividad de esos comentarios más propios del fanático futbolero que del genuino hincha del automovilismo. Se ve que no se aprendió la lección de lo sucedido con Agustín Canapino en IndyCar.

Una reflexión final. ¿Qué dirían esos fanáticos de las redes sociales, los hinchas y algunos medios periodísticos si en el lugar de presionado y hasta descartado en que se encuentra Doohan, estuviese Colapinto y el presionante fuese el propio Jack u otro piloto extranjero? Sin dudas, diferentes serían las reacciones.