Se cumple un nuevo aniversario de la muerte de Gilles Villeneuve

El 8 de mayo de 1982, en los entrenamientos de Zolder, sufrió un tremendo accidente con la Ferrari 126C2 y así se apagaba la llama de uno de los pilotos más talentosos de la historia de la Fórmula 1.

Gilles Villeneuve siempre iba a límite, y muchas veces lo superaba. Sus clásicas fotos, esas que hoy inundan las páginas web, así lo demuestran. Siempre de costado pero domando a la bestia. Lamentablemente aquel 8 de mayo de 1982, en Zolder, no pudo. En el intento por mejorar en los entrenamientos a su compañero de Ferrari, Didier Pironi, se extralimitó…

«No tengo ningún miedo a los accidentes. Nada de eso. Por supuesto, no quiero estrellarme, no estoy loco. Pero si estás cerca del final de los entrenamientos, y estás luchando por la pole, creo que tal vez puedas aplastar el miedo», había declarado unas semanas antes del accidente con el March de Jochen Mass en Bélgica.

Gilles corrió 67 Grandes Premios y se impuso en seis. Solamente logró dos poles, 13 podios y su mejor actuación en un campeonato fue en 1979, cuando se quedó con el 2 detrás de Jody Scheckter.

Su esposa Joanne siempre lo acompañaba a los Grandes Premios, pero aquél fin de semana se había quedado en Mónaco con sus hijos Melanie y Jacques. Gilles, antes de cada carrera, siempre le repetía la misma frase: «Espérame, no tardaré mucho».