McLaren ya se consagró, carreras atrás, campeón de Constructores y, de acuerdo a los dividendos que deje la temporada en las arcas de Liberty Media, estará recibiendo aproximadamente unos 150 millones de dólares en premios por su categórica actuación de 2025. Esa es una formalidad.
Lo que sigue en disputa aún es el segundo lugar en la tabla. Y la disputa es relativamente cerrada. Tiene valor porque las tres escuderías restantes, de entre las Cuatro Grandes (Mercedes, RedBull, Ferrari), se mantienen separadas por pocos puntos, que pueden definir el destino de una buena suma de dinero: algo más de veinte millones de dólares.
El Pacto de la Concordia que regula los premios de la Fórmula 1 establece que el campeón de Constructores recibe un 14 por ciento de los dividendos, contra un 6 por ciento para el último colocado (que sin dudas será Alpine). Las ubicaciones intermedias suponen una diferencia de entre diez y once millones de dólares entre cada posición.
De manera que esa pelea tiene sentido: ser segundo o cuarto no es una simple cuestión estadística, sino que representa un par de decenas de millones. Por eso se sigue con tanta atención y vale la pena analizarla un poco más en detalle.
El pésimo fin de semana de Ferrari en Interlagos desequilibró el panorama; hasta el Grand Prix de la Ciudad de México, las tres escuadras estaban separadas por apenas 10 puntos; ahora, Mercedes sacó una ventaja: 36 puntos entre los tres cuando quedan 58 en juego.
Mercedes no solo cuenta con la ventaja que indica la tabla, sino que en este momento dispone de la dupla mejor balanceada para sostener esa posición. Kimi Antonelli logró en Brasil su mejor resultado desde que está en la Fórmula 1 y superó sin atenuantes a su compañero George Russell, quien se las arregló para terminar cuarto.
Dicen los fanáticos de la marca que el W16 es como una caja de bombones: nunca se sabe qué se encontrará al abrirlo. Pero de las Flechas de Plata modelo 2025 sabemos que rinden mejor con temperaturas moderadas. Las Vegas (dónde Russell venció en 2024) y Abu Dhabi son carreras nocturnas que pueden favorecerlos.
Red Bull había recuperado su RB21 hasta que lo perdió casi por completo en Interlagos, para transformarlo luego en el buscapié con nuevo motor que Max Verstappen llevó desde la calle de boxes al tercer lugar final, justo debajo del alerón trasero del Mercedes de Antonelli.
Verstappen es el activo más importante de la escuadra angloaustriaca, pero solo suma por uno; su compañero Yuki Tsunoda nunca pudo descifrar cómo llevar su auto de manera consistente a la zona de puntos. Que Red Bull solo se enfoque en Verstappen tiene este lado negativo en el asalto al título de Constructores. De hecho, el 93 por ciento de los puntos de la escuadra los produjo el neerlandés. Están a 32 unidades de Mercedes, que tiene ahora dos pilotos en condiciones de sumar parejo. El campeón puede ser primero, segundo o tercero, pero nunca primero y segundo a la vez…
Atrás quedó Ferrari, sumido en polémicas infructuosas añadidas a un coche que en general no funciona. El segundo puesto en Constructores, que sustituía como objetivo a la imposibilidad de ganar una carrera, parece una quimera. Charles Leclerc puede clasificar la SF25 en las dos primeras filas de partida, pero los dramas con el Lift&Coast (LiCo) y el desgaste de sus placas inferiores tornan cada carrera en una gran incógnita, aunque Las Vegas es un terreno que, de arranque, puede sonreírles.
Con muchos problemas con los frenos durante 2025, Lewis Hamilton sumó el 40 por ciento de los puntos ferraristas, apenas 26 unidades más más que su reemplazante en Mercedes; Ferrari no cuenta con una dupla pareja ni con un coche competitivo, de manera que todos los pronósticos sugieren que Maranello perdió en ello veinte millones de dólares…





