Cuatro claves de Montreal

Los elementos que hay que tomar en cuenta para entender mejor lo que vaya a ocurrir este fin de semana en el Grand Prix de Canadá.

La cita canadiense en el “Gilles Villeneuve” de Montreal está cerca de cumplir medio siglo. Desde aquella primera ocasión, en octubre de 1978, con apenas 5º C y la primera de las seis victorias del inolvidable Gilles en Fórmula 1, el circuito de la isla de Notre Dame, en el río San Lorenzo, ha sido escenario de magníficas carreras. Pero se ha transformado al punto de que es posible enumerar cuatro claves básicas para el desarrollo del fin de semana:

 

1. El palacio de la tracción
Es un circuito en el que la necesidad de una buena tracción es más perentoria, inclusive que en Mónaco. Sin curvas largas o de alta velocidad, es una exigencia de aceleración y frenado, como bien explica el siguiente gráfico:

Es la telemetría de la vuelta que George Russell transformó en pole-position el año pasado. Como se ve, puros picos y valles en la traza de la velocidad final en función del recorrido, y lo mismo con el acelerador: en siete ocasiones, el piloto suelta por completo el pedal para volverlo a aplicar.

El “Gilles Villeneuve” demanda, entonces, un gran agarre del tren trasero, suspensiones traseras firmes y cubiertas bien asentadas sobre el pavimento, para lo que hay que seleccionar un alerón trasero con la carga adecuada. En ese sentido, los McLaren llevan las de ganar.

 

2. Velocidad en línea

Pero esos alerones que evitan el patinamiento de las cubiertas traseras no pueden ser cargados de más, para evitar restar velocidad punta. El trazado de Montreal es uno de aquellos en los que se alcanzan velocidades cercanas a los 350 km/h, en la larga recta que desemboca en el Muro de los Campeones, y un grado más de inclinación puede significar la pérdida de un puñado de kilómetros por hora.

Aquí es donde prevalecen los coches sin tanta downforce, como Williams o Aston Martin, porque ello va asociado a una cuota más alta de drag (resistencia al avance). En este departamento, McLaren penaliza un poco, y acaso Ferrari o Mercedes pueden recuperarse.

La tracción a la salida de la horquilla, o curva 10, también puede determinar una mejor velocidad final antes de la frenada. Con alta velocidad en esa zona suelen producirse variados sobrepasos, como el de Alex Albon en 2024, superando a dos rivales, Esteban Ocon y Daniel Ricciardo, en la misma maniobra:

 

3. El clima es siempre una incógnita

Aunque el Grand Prix se dispute en primavera, Montreal es una ciudad generalmente fría, y la lluvia suele hacerse presente, como en 2011, cuando provocó tantas banderas rojas que, entre la largada y la bandera a cuadros ¡transcurrieron cuatro horas!

La pista generalmente tiene baja temperatura, las cubiertas tardan en calentarse, y aunque ese ítem pueda ser menos importante que en otros circuitos de curvas largas o de alta velocidad, aquí puede perjudicar la tracción o los cambios precisos de dirección en las chicanas. Quizás se precisen dos vueltas de calentamiento antes de una vuelta rápida en clasificación.

Es aceptado por el paddock que, cuando la temperatura general desciende, las posibilidades de Mercedes crecen. En el último triplete (Imola, Mónaco, Barcelona), con la temperatura in crescendo, ni siquiera pudo subir al podio.

También podría ocurrir que la actividad se desarrollara bajo la lluvia. En esas circunstancias, Max Verstappen es el líder de la clase.

 

4. El Safety Car, una fija

Circuito parque al fin, encajonado entre muros, como el de los Campeones, y con muchas frenadas, el de Montreal es propicio para generar incidentes. De manera que la posibilidad de Safety Car es muy alta. Eso agrega un condimento especial a la hora de decidir la estrategia.

Como el circuito tiene escasa abrasión, una parada podría ser suficiente, aunque la gama de los compuestos (C4-C5-C6) sea la más blanda de todas las disponibles, y esa parada podría estar determinada por el ingreso del SC. Los equipos tendrán que estar atentos para coordinar sus estrategias con esa chance, porque un acierto en ese rubro podría ser decisivo para el resultado final.