VERSTAPPEN RESCATA UNA LECCIÓN HISTÓRICA: 2025 SE PARECE MUCHO A 1995

Como hace tres décadas, el mejor piloto el momento se postula al título mundial sin manejar el coche más poderoso.

Un Grand Prix de Japón poco atractivo, con apenas 14 sorpassos en 82 minutos de carrera, entregó sin embargo una fabulosa declaración de Max Verstappen. Aún sin tener a disposición el mejor auto, es capaz de noquear a los pilotos de McLaren, la escuadra campeona de Constructores y cuyo MCL39 es, sin duda, el coche más poderoso de la F-1 actual.

Como decimos siempre, en F1 esto ya pasó. Ocurrió en 1995, tres décadas atrás. Inclusive había un Verstappen: era Jos, el papá de Max. La escuadra poderosa era Williams, tan inglesa como McLaren, que produjo los autos más refinados del momento, los FW17 salidos de la exquisita imaginación de Adrian Newey. Sus pilotos eran Damon Hill y David Coulthard, grandes conductores más no necesariamente muy agresivos, al estilo de Lando Norris hoy.

Del otro lado, Michael Schumacher, al comando de un Benetton, que era un chasis inferior al Williams, aunque dotado del impulsor Renault, el mismo que utilizaban sus rivales, el más potente del momento.

El paralelismo es inocultable. De un lado, el talento más admirable; del otro, la técnica vanguardista. En 1995, Schumacher ganó 9 Grands Prix contra 4 de Hill, lo superó 102 a 69 y se quedó con su segundo título. Fue aquella una lección histórica.

¿Ocurrirá lo mismo en esta ocasión? El GP de Japón fue un deja vu, pero nada asegura que se prolongue a lo largo de la temporada. Sin embargo, determinadas situaciones podrían preparar el terreno para una situación como esa.

El RB21 es hoy el segundo o tercer coche de la F1 actual. El McLaren MCL39 es la vanguardia, al punto que Verstappen dio a entender que, de haber manejado uno de esos autos, en Suzuka se habría esfumado en la distancia. El Mercedes W16 alterna con el RB21 dependiendo de cómo el neerlandés conduzca este último. La Ferrari SF25 es el cuarto mejor auto.

Si esa situación se prolonga, si RedBull no consigue solucionar los dramas de desbalanceo en el tránsito de las curvas –que solo el campeón consigue domar- y McLaren, por su parte, prosigue con su programa de actualizaciones en una manera que le dio tanto resultado a lo largo de 2024, se atenúan la perspectiva de una pelea exitosa aunque sea desigual.

El equipo de Milton Keynes ha formulado tres apuestas en este momento:

  • Un primer upgrade para el GP de Emilia Romagna, en Imola, la séptima carrera del torneo, para intentar corregir el problema y reducir la desventaja con McLaren.
  • La entrada en vigencia de la nueva reglamentación sobre la flexibilidad de los alerones delanteros, prevista para el GP de España, en Barcelona, la novena carrera. RedBull interpreta que esa medida perjudicará esencialmente a McLaren, que ha desarrollado con buenos resultados esa tecnología.
  • La falta de reacción de McLaren a la dinámica interna entre sus pilotos. Suponen que eso les hará perder puntos valiosos que Verstappen podrá eventualmente recoger.

En el medio se plantea una situación desesperada: RedBull necesita tener un coche competitivo para poder retener al campeón mundial, al que Mercedes y Aston Martin tientan a dar el salto.

“No estamos dónde queremos en términos de performance, eso no es un secreto”, admitió el vencedor. “Sabemos cuál es la limitación. Tenemos que correr contra ella lo mejor que podamos. No está arreglado. Con suerte, se arreglará pronto, pero no puedo estimar cuándo”.

Verstappen ya está pensando en el próximo compromiso: “Bahréin es una pista completamente diferente, que exige notablemente a las cubiertas, que produce sobrecalentamiento. Tenemos trabajo que hacer. Pero esta carrera mostró que, si conseguimos hacerlo, estamos ahí. Aunque queremos hacerlo mejor que simplemente estar ahí. Con suerte mejoraremos el balance del coche a través de las curvas para poder desbloquear un poco más de ritmo”.

En este panorama, sobresalen algunos apuntes:

  • Verstappen compensa el déficit técnico de su RB21 con su poderosa superioridad mental. El episodio de la salida de pits fue otro ejemplo de esa ventaja psicológica sobre Norris, que el sábado –antes del episodio- admitió no poseer “instinto asesino”.

  • McLaren va camino a la Copa de Constructores y quizás esa certeza quite el hambre de un título de pilotos. Con cinco podios sobre seis posibles, su cosecha ya es 30 por ciento superior a la Mercedes, 45 por ciento más que la de RedBull y más del triple que la de Ferrari.

El mejor piloto contra el mejor auto. La batalla está planteada.