POR QUÉ MCLAREN NO SACÓ TANTA VENTAJA COMO SE ESPERABA EN LA QUALY DE BAHRÉIN

La noche protegió a sus rivales, que reaccionaron y no sufrieron tanto la degradación térmica en la última parte del circuito.

La Q3 del Grand Prix de Bahréin mostró, con mucha notable transparencia, el orden competitivo de la Fórmula 1. Los dos autos de los cuatro equipos más importantes entraron en ella, por primera vez en 2025, más un Williams y un Alpine, de los equipos del medio pelotón.

Pero la sorpresa fue la escasa diferencia que separó al autor de la pole, el australiano Oscar Piastri, de su escolta, el inglés George Russell. El Mercedes quedó a menos de dos décimas del McLaren, cuando en la Práctica Libre 3, disputada unas horas antes, Piastri le sacó más de un segundo a cualquier rival que no condujera un auto como el suyo.

La primera respuesta es obvia: la qualy se disputó en horas de la noche, y la caída de temperatura relativa, aproximadamente 10º centígrados, anuló parte de la ventaja técnica que los McLaren usufructuaban en condiciones normales: la mínima degradación a la que someten a los neumáticos.

Normalmente, el GP de Bahrein se disputa en marzo, abriendo el campeonato. En esta ocasión, para no coincidir con el Ramadán, pasó a ser la cuarta fecha, un mes más tarde, más cerca de la temporada tórrida en el Golfo Pérsico. Por esa razón las temperaturas fueron más altas en esta ocasión, lo que tuvo marcada incidencia a lo largo del fin de semana.

En una pista larga y de tanta tracción como la de Bahrein, los neumáticos llegan sobrecalentados al tercer sector y pierden rendimiento, un problema que los McLaren minimizan. Pero como la degradación es térmica, la menor temperatura atenúa la desventaja de Mercedes y Ferrari.

El antecedente más parecido era el de la Práctica Libre 2, el viernes a la misma hora, aproximadamente. Allí Piastri le había sacado medio segundo a Russell en el simulacro de clasificación, pero no fue una vuelta óptima la del inglés: la telemetría muestra que perdió buena parte de esa diferencia en las curvas 8 y 10, dónde el McLaren funciona muy bien. Russell no acarreó buena velocidad entre las curvas 5 a 7 (flecha verde)

Un dato clave: Piastri doblaba en segunda marcha, sin temor al patinamiento que pudiera calentar en exceso los neumáticos; Russell, en cambio, circulaba en tercera marcha, saliendo con menos fuerza. Allí, en el tránsito de esas dos curvas lentas, Piastri sacó prácticamente toda la diferencia (flechas naranja en el primer gráfico). En el resto de la vuelta, sin tanta temperatura, la degradación no influyó tanto en el cronómetro.

¿Qué ocurrió en la clasificación, en cambio? Russell llevó 5 km/h más al final de la recta principal y no perdió tanta velocidad en el complejo de curvas 5-7 (flechas verdes), señal de que la degradación térmica afectaba menos.

En esta vuelta de Q3, Piastri enganchó la segunda marcha solo en la curva 8 (flecha naranja) sin lograr óptima tracción, perdiendo aproximadamente media décima de segundo a la salida de esa curva; solo definió la vuelta en la curva 11, cuando sacó cerca de dos décimas, la diferencia decisiva.

En el tercer sector final, el Mercedes no fue mucho más lento que el McLaren en curva, lo que mostró, otra vez, que la degradación no se hacía sentir tanto.

Podría decirse que la noche protegió a los rivales de McLaren. Pero Russell ganó más de un segundo de la FP2 a la Q3, mientras que Piastri solo avanzó siete décimas: el trazo muestra, también, que su paso por la curva 4 no fue tampoco tan afortunado.

La carrera, como siempre, es otra historia.