OCHO HISTORIAS DE CAMPEONES INGLESES DE FÓRMULA 1

Antes de Lando Norris hubo varios compatriotas que vivieron, algunos reiteradamente, la gloria de salir campeón. Vivencias que mezclaron distintas situaciones que se exponen en esta nota.

Consecuente con su condición de país donde nació la Fórmula 1 y que posee la mayor cantidad de ganadores de Grandes Premios, Inglaterra también muestra con orgullo el máximo número de campeones mundiales. Con su reciente coronación en Abu Dhabi, Lando Norris es el noveno. Mucho se ha hablado de esta conquista y se seguirá hablando. Vale entonces conocer circunstancias salientes que rodearon a sus antecesores.

MIKE HAWTHORN: Típico piloto de los 50, una época de mucha bohemia, este rubio piloto que se caracterizaba por el uso de un moñito fue el primer campeón inglés. Se coronó con Ferrari en 1958 con un solo triunfo contra las cuatro victorias que sumó su compatriota Stirling Moss. Fue en el veloz Reims francés, en la última carrera de Juan Manuel Fangio, al que Mike no quiso sacarle una vuelta porque “no puedo hacerle esto a quien es el maestro de todos”. Hawthorn se consagró en el único Gran Premio de Marruecos de la historia y decidió su retiro con 29 años, afectado por las muertes de sus colegas Musso y Lewis Evans, su amigo Collins y el avance de sus problemas renales. Igual no pudo disfrutar de esa gloria porque 95 días después de su coronación se mató al chocar con su Jaguar contra un camión en una ruta cercana a Surrey.GRAHAM HILL: Un gran referente inglés de la dorada década de los 60. Tuvo uno de sus grandes rivales en su amigo Jim Clark, con el que disputó varios títulos. Menos veloz pero más regular que el escocés, que lo dominó en 1963 y 1965, Graham tuvo lo suyo con las conquistas de los títulos en 1962, con BRM, y en 1968 con Lotus, favorecido por distintos infortunios del escocés. En el primer caso, su agónico abandono en el Gran Premio de Sudáfrica por una pérdida de aceite. En el segundo, porque tras su fatal accidente en Hockenheim, Jim era un recuerdo y como buen compañero y amigo le dejó la herencia de un Lotus campeón que desde la primera carrera pintaba para ganar el título. A este bicampeonato Hill agregó victorias en Le Mans y 500 Millas de Indianápolis, que lo tienen como el exclusivo dueño de la Triple Corona. Se retiró en 1975. A los 46 años, pero poco después murió en un accidente en helicóptero.

JOHN SURTEES: No es un campeón más. Es el poseedor de un privilegio que seguramente nadie podrá igualar en el futuro. ¿O alguien imagina que la cada vez sofisticada actividad motor haya algún piloto que pueda consagrarse campeón en el Mundial de Motociclismo como Surtees hizo varias veces y también gane el título máximo de la Fórmula 1 como ocurrió con Big John en 1964? Tuvo mucho de fortuna y dramatismo esta coronación de Surtees, concretada en el Gran Premio de México. Debe agradecerla a la mala suerte de Jim Clark, que se quedó con una corona que ya se probaba, al romper el motor de su Lotus en la última vuelta, y también a Lorenzo Bandini, su compañero de equipo, que en ese giro final le cedió a Surtees el segundo lugar que necesitaba para superar a Graham Hill en el campeonato.

JAMES HUNT: Fue uno de los campeones más particulares y no por sus condiciones de piloto veloz, sino porque resultó el exponente de corredor-playboy en una época, bien entrados los 70, en que la Fórmula 1 avanzaba en el alto profesionalismo. En ese contexto, James no tenía problemas en mostrarse con chicas en los boxes y fumar en los podios, entre tantas otras travesuras, inaceptables en la actualidad. Claro que también aceleraba sobre un auto de carrera, como hizo cuando Lord Hesketh, un millonario tan excéntrico como Hunt, le ofreció la posibilidad de correr en la Fórmula 1. Lo detectó McLaren, que lo incorporó a su equipo en 1976 para reemplazar a Emerson Fittipaldi. Sin desentonar, no podía con la Ferrari de Lauda y estaba a 21 puntos (por carrera se otorgaba 9) cuando el austríaco tuvo el recordado accidente en Nurburgring que lo apartó dos carreras. Hunt lo aprovechó a pura victoria y, por si faltase algo, lo tuvo en la carrera final en Japón con el abandono voluntario de Niki, que le dio el título. “Estuve en el momento y lugar justo y además tuve suerte”, reconoció Hunt tras su consagración. A los dos años, y tras una opacada mitad de temporada con Wolf, decidió su alejamiento de la Fórmula 1. Su vida desordenada no le permitió disponer tras el retiro de las mejores condiciones económicas. La muerte lo sorprendió con un infarto a los 45 años. Igual, por su personalidad y rivalidad con Lauda, dejó un sello especial reflejado en la película Rush.NIGEL MANSELL: El denominado León fue el fiel representante del espíritu combativo, a veces excesivo, de los pilotos ingleses. Tardó en lograr su primer victoria y también se hizo larga la espera del título mundial, al que siempre se lo veía como candidato. Una oportunidad clara la tuvo en 1986, pero la inoportuna rotura de un neumático en el decisivo Gran Premio de Australia le dejó servido el título a Prost. Tampoco pudo ser en su paso por Ferrari y frente al dominio de los McLaren de Senna y Prost. Ese karma terminó en 1992. Sobre un contundente Williams y ya sin un compañero ultracompetitivo como Nelson Piquet (reemplazado por un obediente Riccardo Patrese), se coronó en Hungría cinco fechas antes del final y con 52 puntos de ventaja sobre el italiano, en épocas que el máximo por carrera eran 10 unidades. Mansell marchó a IndyCar y luego volvió a la Fórmula 1 sin grandes resultados. No importó; el objetivo del título estaba cumplido.

DAMON HILL: Representó el primer caso en la Fórmula 1 de un hijo que repite el logro conquistado años atrás por su padre, algo que temporadas más tarde también obtuvo Nico Rosberg. No era Damon alguien al que se lo veía como futuro campeón hasta que tuvo su oportunidad en Williams para complementar a Ayrton Senna. La muerte del brasileño en Imola 1994 lo catapultó a la condición de rival de Michael Schumacher y su Benneton. No pudo ni ese año ni el siguiente, pero en 1996 los primeros y difíciles pasos de Schumi en Ferrari y la continuidad del buen rendimiento de los Williams le dieron una posibilidad inimaginada poco tiempo atrás. Supo aprovecharla antes de buscar en Arrows y Jordan las últimas escalas de su campaña.JENSON BUTTON: Otro de los casos sorprendentes, tal vez el mayor, de las coronaciones de los pilotos ingleses. Rápidamente proyectado a la Fórmula 1 desde las categorías promocionales, su figura estaba eclipsada ante la ascendente de su compatriota Lewis Hamilton y tras un mal paso por Honda, que sólo le sirvió para debutar como ganador. La compra de Ross Brawn del equipo, su alianza con Mercedes Benz y la refundación como Brawn GP revivieron deportivamente a Button en la temporada 2009 y así la parte inicial lo mostró con una racha de triunfos que formaron la base para sostener el liderazgo ante el avance de Sebastian Vettel con el Red Bull. Pudo contenerlo y convertirse en campeón. Sugestivamente, al terminar la temporada, Brawn decidió retirarse de la categoría, fortaleciendo rumores sobre la ilegalidad de sus autos, basada en un polémico difusor. Button encontró lugar en McLaren y hasta ganó carreras, pero sin tener, hasta su despedida en 2017, las chances de repetir su feliz y sorpresivo 2009.

LEWIS HAMILTON: Por encima de su pobre actualidad, es el gran referente del automovilismo inglés y el dominador de las estadísticas. Hasta ahora nadie ganó tantas carreras (105) y sólo Michael Schumacher iguala sus siete títulos, que pudieron tener uno más de haber sido más normal la polémica definición de Abu Dhabi 2021, pero también uno menos si Lewis no superaba a Timo Glock en la última curva de Interlagos 2008, cuando en el box de Felipe Massa ya festejaban su coronación. Entre McLaren (2008) y Mercedes Benz (2014-15-17-18-19-20), Hamilton repartió sus siete campeonatos y construyó su campaña como el mejor piloto inglés de toda la historia. ¿Habrá tiempo para desequilibrar con un octavo título y quedar como el mayor campeón absoluto?

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