NO FUE MAGIA: LAS CLAVES DEL ÉXITO DE RUSSELL EN SINGAPUR

En dos días, el inglés pasó de chocar a ganar prácticamente de punta a punta. Mejoras técnicas, colaboración, la pista y el clima contribuyeron a su conducción sin fisuras.

¿Cómo fue que, en apenas 48 horas, del viernes 3 al domingo 5, George Russell pasó de esto…

…a esto?
«El viernes fue un día muy duro para mí por muchas razones, y no me sentía cómodo. Pero para cuando llegué a la Q3, me sentía genial en el coche», explicó el inglés tras vencer en el Grand Prix de Singapur. Pero, ¿por qué en 48 horas su Mercedes W16 experimentó un cambio tan radical y decisivo?

«Si tuviera que hacer una lista de todas las carreras que pensé que podríamos ganar este año, Singapur probablemente estaría al final. Así que creo que tenemos que sentarnos mañana y el martes para entender por qué el rendimiento fue tan bueno». Bueno, George, no parece tan difícil.

Singapur es un circuito de aceleración y frenado, «rear-limited», de curvas cortas, características que le caen muy bien al W16, como Montreal (dónde Russell venció y Antonelli fue al podio), el Hungaroring e, inclusive, Bakú, dos circuitos en los que visitaron el podio. No fue la única ventaja que proporcionó el circuito, como se verá.

El viernes, Mercedes incorporó un nuevo spoiler delantero a su W16 y acomodó el alerón trasero para balancear el coche, una puesta a punto que no le cayó bien a Russell. El tercer sector le costaba tanto que acabó chocando en la curva 16. Terminó último en la FP2.

La telemetría de Kimi Antonelli, medio segundo más veloz en ese sector, le sirvió para adaptarse. En la FP3 trepó al tercer lugar: la carga aerodinámica suplementaria impidió que su tren trasero patinara en exceso y se recalentara.

Otro factor fue la temperatura: los Mercedes se ven perjudicados cuando la columna mercurial trepa, lo que suele ser habitual en Singapur. Sin embargo, el sábado estaba más fresco que el viernes, y eso contribuyó al salto adelante.

Eso fue corroborado con el resultado de la clasificación, no solo la pole-position de Russell, sino el cuarto lugar de Antonelli. Y se vio amplificado luego de la fuerte lluvia que cayó una hora antes del Grand Prix, enfriando la pista y el ambiente.
«Estaba un poco nervioso al principio cuando vi a Max (Verstappen) con los blandos, pero ese primer stint fue genial por nuestra parte y ampliamos la diferencia», reconoció Russell. La única chance que tenía Red Bull de doblegarlo era picar más rápido y ganarle la primera curva, lo que no ocurrió. Al doblar primero, el inglés tenía media carrera ganada.

  •  De 0 a 100 km/h: Russell, 2s9; Verstappen, 3s1.
  •  De 0 a 200 km/h: Russell, 5s5; Verstappen, 5s5.

 

Picar por la calle sucia de la recta principal le impidió al campeón aprovechar la ventaja de la goma roja.

«Cuando vi a Max con los neumáticos blandos, supe que solo tenía que mantenerme por delante de él en la curva 1. Las primeras vueltas fueron realmente buenas, y sé que Max probablemente manejaba mejor los blandos que yo los medios, pero sacar la ventaja de 10 segundos en unas 20 vueltas fue genial. Y desde ese momento, supe que era: sí, hay que acabar la carrera y tener cuidado con el muro en la curva 10.»

Esa ventaja, cerca de medio segundo por giro cuando en clasificación le había sacado algo menos de dos décimas, está relacionada con correr en aire limpio y con la obligación de Verstappen de cuidar sus neumáticos blandos, una vez que fracasó en su intento de asaltar la punta en la primera curva.

También hay que anotar otra característica del circuito favorable a Mercedes: «Creo que este año ha habido menos sobrecalentamiento de neumáticos que en años anteriores. Con asfalto nuevo en algunas curvas, es un poco más suave. Los neumáticos parecen un poco más robustos este año.»

Una parada sin complicaciones y un ritmo muy parejo, salvo en el momento de lidiar con el tráfico (ver gráfico inferior), hicieron el resto.

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