En la Fórmula 1 sucede algo curioso. Salvo contadas excepciones, Franco Colapinto es una, los pilotos son millonarios o hijos de millonarios. Por ejemplo, Max Verstappen, Lewis Hamilton o Fernando Alonso ya amasaron una fortuna suficiente como para mantener a varias generaciones, mientras Lando Norris, Lance Stroll u Oliver Bearman cuentan desde el inicio de sus campañas con una promesa de herencia formidable.
Las cifras que se repartieron en 2025 confirman esta realidad. El estudio lo realizó la reputada publicación de negocios Forbes y distingue entre el contrato de cada piloto y los bonos que recibieron por su actuación en el último certamen o sus ingresos adicionales.
Verstappen no ganó al cabo el título mundial, pero además de ser vastamente elegido como el mejor piloto de la temporada, también alcanzó el 1 en este rubro: entre el salario que le abona Red Bull y los premios amasó 76 millones de dólares. Su avión privado y su equipo de GT3 (que en 2026 utilizará coches Mercedes…) tendrán suficiente financiación.
La lista es una sorpresa para quienes creían que, después de un año tan terrible en lo deportivo, Hamilton podía pensar en el retiro. Ganó muy poquito en bonos, pero su salario es formidable y en 2026 recibirá un estipendio similar. ¿Para qué retirarse? Si la Ferrari se supera en el próximo torneo, esos 70,5 millones podrían ser algunos más…
Norris ya no precisa de la fortuna de su padre: su salario no estuvo nada mal, pero los premios que obtuvo por ganar el título y sus ingresos publicitarios llevaron su recaudación final a 57,5 millones de dólares. Tiene con qué seguir festejando hasta el inicio del nuevo certamen.
Haber perdido la chance del campeonato sobre el final no le impidió a Oscar Piastri acumular una pequeña fortuna: 37,5 millones es una buena cifra para un piloto que recién completó su tercera temporada en la categoría.
Desde esa perspectiva, puede parecer poco los 30 millones que se llevó Charles Leclerc. Pero el piloto de Mónaco acabó ya su séptima temporada con Ferrari y aunque los resultados le sigan siendo esquivos, año a año se embolsa lo suficiente como para seguir siendo un príncipe monegasco: su fortuna debe superar ya los 150 millones…
Alonso mantiene su vigencia, en las pistas y en las cuentas bancarias. Su cosecha de 26,5 millones no estuvo nada mal en un año en que los resultados no premiaron lo suficiente su tarea. A punto de cumplir 45 años, está claro que no continúa corriendo porque le falte dinero para vivir…
George Russell completó su mejor temporada, acaso, en la Fórmula 1 con un ingreso razonable, aunque no llamativo. Apenas medio millón menos que el patriarca Alonso; está claro que Toto Wolff se gastó todo el dinero de Mercedes en la Era Hamilton… Porque su colega Larry Stroll invirtió mucho más en salarios que el austríaco.
La prueba es evidente: siendo uno de los peores pilotos del año, un indeseado halago que quiz´pas compartió con Yuki Tsunoda, Lance Stroll se metió en este Top-10 ricachón solo por obra del fabuloso sueldo que le asignó su papito. Si a veces parece que Lance tiene más ganas de retirarse que de continuar, puede ser que sean estas cifras (13,5 millones en total) las que acaben por convencerlo de lo contrario.
El pase de Ferrari a Williams, finalmente, no perjudicó tanto a Carlos Sainz como se pensaba. Los resultados no fueron los mismos, ni deportivos ni económicos, pero tampoco fueron decepcionantes: dos podios y 13 millones de dólares dejan conforme a cualquiera en su situación.
Por último: bastante aceptable para un debutante. Kimi Antonelli pensó más de lo que debía, pero se hizo su recompensa. Doce millones y medio de dólares para dedicarse solamente a pensar con tranquilidad cómo encarar el 2026.
Ricos o hijos de ricos. O, como en el caso de Lando o Lance, ambos.
A los amigos lectores: esta es la última de las notas de 2025 de este autor, que cierra el año dejándoles un deseo generalizado de prosperidad para 2026. ¡Salud!





