El tremendo calor que sacudirá el fin de semana del Grand Prix de los Estados Unidos en Austin podría atentar contra las posibilidades del último ganador, el Mercedes W16. No es un secreto que las Flechas de Plata multiplican su performance en ambientes frescos, preferiblemente fríos. El Circuito de las Américas sufrirá temperaturas superiores a los 30°.
Pero George Russell es un nuevo participante en la discusión por el título mundial, y no precisamente porque se haya vuelto un aspirante tras ganar el último GP de Singapur.
Hasta el receso veraniego, las cuentas se cernían exclusivamente en lo que pudieran hacer Oscar Piastri y Lando Norris, los pilotos de McLaren, líderes del certamen al comando del coche más competitivo de la temporada. La superioridad era tal que se descontaban sucesivos 1-2 del equipo naranja y, entonces, se especulaba con el número de Grands Prix que debía ganar el inglés para poder postergar al australiano en la campaña por el título. Parecía que los demás ya no contaban. Era una carrera de dos caballos.
Sin embargo, tras el receso, tras su segundo puesto en Zandvoort y sus victorias en Monza y Baku, Max Verstappen volvió a formar parte de la ecuación, como había ocurrido en la primera parte del torneo.
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Lejos de los pilotos de McLaren en la tabla, pero aun así, Verstappen conserva chances reales, en la medida que ha sido el piloto más sumador en las últimas cuatro competencias. Al ritmo que lleva en la tarea de descontar puntos no le alcanza, pero su competitividad supone una molestia que los McLaren no tenían hasta el GP de Bélgica. Y también implican una invitación al error: esa es la otra parte de la estrategia que implementa Verstappen, inducir a sus rivales a cometer una equivocación.
De dos se pasó a tres. Y la victoria de Russell en Singapur presume otra complicación para Piastri y Norris.
A diferencia de McLaren, que ya detuvo el desarrollo de su MCL39 campeón, Mercedes y Red Bull continúan llevando pequeños upgrades a las carreras, especialmente en los alerones delanteros, un poco más flexibles y cargados. Esto los ha vuelto competitivos, al punto de haber ganado los tres últimos Grands Prix.
Es decir que, aun sin pelear de lleno por el título, ya que está a 99 puntos de la vanguardia, Russell puede entrometerse en las posiciones de punta y restar unidades a los pilotos de McLaren que persiguen a Verstappen.
También podría hacerlo a la inversa: disminuir todavía más las chances del campeón. Pero, en cualquier caso, la historia es la misma. Russell podría convertirse en una injerencia que ayude a inclinar la balanza hacia uno u otro lado.
El de Austin es un fin de semana de 33 puntos, entre Sprint y Grand Prix. En el caso más favorable para Verstappen, podría descontarle 16 unidades a Piastri si el australiano termina cuarto en ambas instancias. A la inversa, si es el campeón quien termina detrás de los McLaren y de Russell en las dos competencias, quedaría a 76 puntos de Piastri con algo más de 140 en juego, y eso podría parecerse mucho a un game over.
