EL TRABAJO MÁS INSALUBRE DE LA FÓRMULA 1

El inglés Andrew Vizard, ingeniero de pista de Fernando Alonso, podría creer en verdad que ejerce esa labor: el destrato del español se reproduce carrera a carrera.

Grand Prix de Inglaterra, Silverstone. Fernando Alonso presiona el botón de la radio de su Aston Martin AMR25 para hablar con su ingeniero de pista, Andrew Vizard, que está sugiriendo la estrategia para el devenir de la carrera.

«Voy a empezar a parar cuando pare Lance, porque en el otro lado del garaje siempre aciertan», le espeta el español. «Ellos saben la evolución de los tiempos por vuelta y cuándo es el momento de parar», agrega, antes de asestar el golpe final. «Decidieron que ese fuera el momento y perdí 25 segundos en tres vueltas».

Vizard es la parte visible de un equipo más grande, pero es quien recibe la palabra de Alonso en sus oídos. Y momentos desagradables como ese son corrientes en la comunicación con su piloto.

En Zandvoort, cuando la primera detención de Alonso precedió por una vuelta a una neutralización (“¡No! Siempre mala suerte”, gritó por radio), el español lanzó otro dardo cuando se avanzaba la carrera: “Piensa sobre la estrategia. Me olvidaste en la primera parte de la carrera. Quizás te acuerdes de que estoy aquí en la segunda mitad”, le dijo a Vizard.

El fin de semana pasado, Alonso abandonó muy tempranamente por la rotura de la suspensión trasera derecha. Pero ya había tenido tiempo de martirizar a su ingeniero.

“El deployment (la entrega de energía eléctrica) parece lento”, informó Alonso en la vuelta 4.

“Entiendo. Estoy viendo. Esperemos dos vueltas más. Usá la última reserva de energía si la necesitas”, respondió Vizard.

“Mientras ustedes entienden, perdimos otra posición. Gracias”, lanzó con mucha ironía Alonso un giro más tarde, tras ser superado por Lewis Hamilton.

La tensión ya se había notado en Canadá, cuando Vizard se había puesto a darle instrucciones a Alonso sobre cómo conducir y el asturiano lo puso en su lugar. Pero desde entonces, acaso frustrado por la situación del equipo, el piloto no deja pasar oportunidad para asestarle dardos a su ingeniero.

Vizard no es un improvisado. Ingeniero mecánico de Oxford, pasó por RedBull, la división Superautos de McLaren, ManorF1, Williams (dónde estuvo cinco años de 2017 a 2022) hasta llegar en enero de 2023 a Aston Martin. Revistó un año como Ingeniero senior de performance antes de pasar a ser el ingeniero de Lance Stroll durante 2024. “Información inútil”, le recriminó el canadiense el año pasado en Azerbaiján. A comienzos de 2025, a Vizard le cambiaron el piloto: reemplazó como ingeniero de Alonso a Chris Cronin, que ascendió a Ingeniero Jefe del equipo que dirige Mike Krack.

La voluntad de Alonso de entrometerse en todos los procesos es legendaria. Ello lo llevó a terminar enemistado con Luca Di Montezemolo en Ferrari, y años más tarde, a ser liberado de su contrato con Toyota en el Mundial de Resistencia (WEC) luego de que –según trascendió- tomara por el cuello de la camisa al entonces DT del equipo, Pascal Vasselon. Superestrella del deporte, no debe ser muy sencillo trabajar con el bicampeón mundial 2005/06.

Su filosofía de trabajo es demandante. «En este deporte no se puede mostrar debilidad. Hay mucha atención sobre nosotros y se presta mucha atención a todo lo que hacemos», asegura. «Es exigente, pero todos los trabajos lo son si se realizan a la perfección. Si quieres ser el mejor en lo que haces, es exigente y tienes que aceptarlo y disfrutar del proceso de alcanzar la perfección».

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