¡Dos fechas del Mundial en 48 horas!

Aquel desatino que fue subsanado con el tiempo y que permitía que las célebres “500 millas” de Indianápolis formaran parte del Mundial de F1 entre 1950 y 1960 inclusive, motivó disparates tales como que en dos días consecutivos se realizaran dos fechas puntuables para el mismo campeonato. Junto a tal despropósito, repasamos alguna que otra historia de incursiones de celebridades en tierra americana.

Como bien saben los fanáticos y registran debidamente los historiadores de la Fórmula 1, durante la primera década del Mundial de Conductores (once veces para ser más exactos), las tradicionales “500 Millas” de Indianápolis formaron parte de ese torneo. Algo totalmente ilógico y descabellado, ya que ni los pilotos americanos integraban las grillas del resto de los Grandes Premios, ni quienes participaban en la máxima categoría, salvo alguna que otra excepción, tampoco cruzaban el Atlántico para disputar la competencia más trascendental de la raigambre automovilística americana.

Se cree que en su momento el Mundial de F1 agregó esa fecha porque era un modo de integrar a un evento importante que sin dudas ayudaría a fortalecer la idea de que el certamen creado en 1950 había llegado para convertirse en el más poderoso del planeta. Entre los competidores más relevantes de la historia, vale recordar que Alberto Ascari participó en 1952 y sumó allí su único abandono de ese año (se despistó con su Ferrari 375S), a la vez que otros ases como el mismísimo Juan Manuel Fangio (en un Kurtis Kraft 500) intentaron correr pero al no disponer de máquinas competitivas, optaron por descartar esa opción. Varias temporadas después, cuando Indy ya no formaba parte del calendario, el gran Jim Clark desistió en 1965 de correr en Montecarlo y viajó a los EE.UU. a correr las “500”, logrando un resonante triunfo, el primero de un auto con motor trasero en la célebre reunión. Pese a su ausencia en las calles del Principado, el escocés igual se quedó con el título de ese ejercicio.

Pero la curiosidad que aquí nos convoca es una guarda de fechas hilvanadas que demuestra lo imposible que hubiese sido para cualquier piloto disputar todas las carreras del Campeonato. Es que por entonces, el mítico óvalo sólo organizaba la gran carrera el 30 de mayo, sin importar que día de la semana cayera en coincidencia. Así, se dio el particular caso de que la F1 registró por dos veces en su historial, la disputa de dos carreras puntuables en días sucesivos: en 1959 se corrió en Indianápolis el 30 de mayo, como era habitual (esa vez fue sábado y ganó Rodger Ward), y el domingo 31, en los Países Bajos (victoria de Joachim Bonnier). Al año siguiente, la ecuación fue a la inversa, ya que se corrió en Montecarlo el domingo 29/5, con triunfo de Bruce McLaren, y el clásico 30 en Indiana, ahora un lunes, cuando se impuso Jim Rathman. Algo que hoy está muy lejos de repetirse…

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