«Claramente hoy tenemos, creo yo, dos grupos: Mclaren y nosotros, que andamos mejor cuando hace más calor, y Mercedes y Red Bull, que mejoran cuando está más frío». La definición de Fred Vasseur, el Team Principal de Ferrari, el fin de semana pasado, viene a confirmar lo que es un secreto mal guardado: la lluvia no es el único factor climático que afecta el comportamiento de los coches de Fórmula 1.
El GP de Azerbaiján, disputado bajo y un cielo nublado y a merced de ráfagas que enfriaban el ambiente, mostró claramente esa división subrayada por Vasseur.
Estos autos de Efecto Suelo (2022-2025), que necesitan un mínimo despeje para generar más carga aerodinámica, son mucho más sensitivos a las condiciones climáticas generales. Una carrera a pleno sol puede generar un resultado muy distinto a una en clima frío o nocturno, aunque las performances originales de los autos sean las mismas.
Esas diferencias están relacionadas con la manera en que cada chasis trata a los neumáticos, que por debajo de la temperatura ideal de trabajo se desgranan («graining») y, por encima de esa temperatura, se ampollan.
El McLaren MCL39 es el coche que más fácilmente mantiene la temperatura ideal de las cubiertas, por lo que saca ventaja en climas cálidos. Por eso, los coches papaya son superiores en pistas de curvas de largo recorrido, que calientan en exceso las cubiertas: si además hace calor, los rivales no pueden mantener los neumáticos tan en línea como Oscar Piastri o Lando Norris.
Por el contrario, un asfalto relativamente frío como el de Bakú generó la peor cosecha de puntos del equipo de Woking en lo que va de 2025.
A race to forget for Oscar 😖#F1 #AzerbaijanGP pic.twitter.com/J5IMgst1Qf
— Formula 1 (@F1) September 21, 2025
La Ferrari SF-25 un proyecto malogrado, como ya explicamos en CampeonesF1 en general necesita más despeje para compensar las deficiencias la suspensión trasera, lo que supone menos carga y, por ende, menos posibilidades de alcanzar rápidamente la temperatura ideal en las cubiertas: un clima cálido y una pista caliente le recortan esas dificultades.
Ya es tradición que los Mercedes levantan la puntería cuando baja la columna de mercurio. El W16 funciona mejor en pistas de frenado y tracción, como Montreal, donde ganaron y fueron al podio, o Azerbaiján, dónde acabaron segundo y cuarto. Ese rigor exige los neumáticos al punto que, si el asfalto está muy caliente, la temperatura se sale de control. Cuando eso no ocurre, las Flechas de Plata se acercan a la vanguardia. «Las bajas temperaturas nos ayudaron un poquito -admitió Russell tras su segundo puesto en Bakú- No creo que sea coincidencia que cuando la pista está fría estemos al mejor nivel y McLaren empeore».
Por último, esta versión mejorada del Red Bull RB21, que le permitió a Max Verstappen ganar los dos últimos Grands Prix, parece ser la más competitiva en condiciones de baja carga de alerones. Precisamente, esa condición no protege tanto el tren trasero del patinamiento, de manera que, si el asfalto se recalienta, aumenta el desgaste. Por esa razón se beneficia de las temperaturas moderadas.
Por supuesto que el termómetro no es la variable decisiva en esta lucha. Pero estas tendencias orientan al fanático: Singapur, la próxima carrera, es nocturna pero con un clima agobiante. Lo opuesto a Azerbaiján…





