¿Cómo fue posible? Los entrenamientos del Grand Prix de Japón mostraron que McLaren, Mercedes y Ferrari podían mantenerse al frente del pelotón, pero acabó siendo Max Verstappen el que se quedó con la pole-position, contra todos los pronósticos. Se la ganó en la última variante del circuito de Suzuka, como vamos a mostrar.
Está claro que el RedBull RB21 solo funciona en las manos del campeón mundial. Su nuevo compañero Yuki Tsunoda fue de mayor a menor a lo largo del fin de semana y al final capotó en la Q2, sin poder acceder a la fase decisiva de la clasificación, y las diferencia de una a tres décimas que venía amasando Verstappen se amplió a medio segundo en esa fatídica Q2.
Los tiempos del campeón mundial siempre fueron en baja, salida tras salida, como muestra el siguiente gráfico:
En su vuelta de pole-position clava sus mejores parciales (indicados en verde). Pero lo llamativo es que ninguno de esos parciales es más veloz que los señalados por cualquier de los McLaren, como se advierte a continuación:
En el primer sector, que incluye las fabulosas Eses de Suzuka, Verstappen fue más lento que Norris (y también que Russell). En el segundo sector, lo superan ambos McLaren (y además Leclerc). En el tercer sector, que incluye la famosa curva 130R y la chicana, solamente Piastri lo supera por apenas 36 milésimas. Ahí está la clave.
El gráfico nos permite comparar las vueltas rápidas de los tres primeros. El cursor está puesto en la curva 130R: Norris y Piastri están doblando a mayor velocidad que Verstappen (304 y 303 km/h contra 302 km/h). El delta (abajo) muestra que allí Norris viene 167 milésimas por delante de Verstappen, con Piastri tercero.
Pero el panorama cambia notablemente en la aproximación a la chicana. Norris frena mucho antes: pierde casi 50 km/h en esa entrada (254 km/h contra 300 km/h). También Piastri pierde velocidad respecto de Verstappen. En ese instante, Norris todavía está adelante (por 185 milésimas de segundo).
El tránsito por la chicana es mucho más favorable al campeón: a pesar de frenar más tarde, lleva más velocidad al interior de la chicana, la hace a mayor velocidad que cualquiera de los McLaren. ¿Fue, acaso, la inestabilidad superior del RB21 lo que le permitió al talento de Max fabricar esa tarea? Muy probablemente le costó mucho menos que a los dos pilotos de McLaren. Al transitar la primera curva a la derecha de la chicana, Verstappen ya está 176 milésimas delante de Norris y a 197 milésimas de Piastri.
Con una plataforma más estable, y habiendo comprometido el ingreso a la chicana, Norris acelera antes: en el gráfico se ve como a la salida ya le sacó 30 km/h de ventaja a Verstappen y 20 km/h a Piastri. El RedBull es naturalmente inestable a la salida de la chicana y el campeón pierde ventaja de manera inevitable. Pero la carrera hasta la línea de sentencia no le alcanza a los McLaren para descontar lo que habían perdido en la chicana. Si hubiera estado 200 metros más adelante, Norris se habría quedado con la pole…
Con la ayuda de la telemetría, se puede determinar que Verstappen se acerca a la chicana 141 milésimas detrás de Norris; cuando sale, está 140 milésimas por delante. Es decir, en el tránsito por la variante el campeón le arrebata casi tres décimas de segundo al líder del torneo. Allí estuvo el secreto.
«En la última vuelta -dijo Verstappen- pensé: ‘Bueno, no voy a intentar sentirme cómodo, simplemente intentaré mantenerlo y veremos qué pasa’”. La incomodidad está relacionada con la inestabilidad de su RB21, y el neerlandés la aprovechó para su golpe en el final de la vuelta. “Es un piloto increíble y, para mí, este es uno de los muchos casos en los que debemos reconocerlo y decir: ‘¡Felicitaciones a Max!'», señaló el Team Principal de McLaren, Andrea Stella. “Me saco el sombrero”.