Con lo difícil que resulta ganar una competencia en la máxima categoría, ni hablar de imponerse en dos fechas seguidas después de conseguir el bautismo como triunfador. Sin embargo, cuando un buen auto, un piloto talentoso y los planetas alineados se conjugan en dos domingos sucesivos, el nuevo socio en el club de vencedores -aún con el estupor de su día de gloria encima- puede ser capaz de repetir la experiencia.
En la historia, siete fueron los competidores que tienen en sus palmarés las dos primeras victorias encadenadas. La lista la inauguró bien temprano, en 1951, el italiano Alberto Ascari (Ferrari), imponiéndose en Alemania e Italia, y posteriormente fueron agregándose Peter Collins, también con la marca del Cavallino, en Bélgica y Francia ’56, y Bruce McLaren, sobre un Cooper, en Estados Unidos ’59 y Argentina ’60. Veinte años después se sumó René Arnoux (Renault), quien se adjudicó los GGPP de Brasil y Sudáfrica de 1980, y luego fue el turno de Nigel Mansell (Williams) en Brands Hatch y Sudáfrica ’85. La irrupción fulgurante de Lewis Hamilton en McLaren en 2007 le permitió ganar ese mismo año en Canadá y en Estados Unidos, en tanto que el último caso está todavía bastante fresco en la memoria de los hinchas: fueron las victorias de Charles Leclerc que alegró a los hinchas de Ferrari en Bélgica e Italia de 2019.
Todo ello, que parecería inusual -y de algún modo lo es- queda relativamente reducido ante las hazañas que han cumplido otros dos competidores: el británico Damon Hill y el finés Mika Hakkinen. Es que tanto el campeón mundial de 1996 como el bicampeón de 1998 y 1999 obtuvieron dos éxitos más tras su bautismo victorioso. El hijo de Graham, que había debutado en el GP de su nación en 1992, salió de perdedor en Hungría ’93 sobre un Williams y se apoderó del primer escalón del podio también en las fechas siguientes: Bélgica e Italia. Mika, en tanto, desdobló en dos temporadas sus primeras tres victorias: triunfó por primera vez en Jerez de la Frontera, escala final del certamen ’97, pero además supo llevarse las dos primeras carreras del ’98, realizadas en Australia y Brasil. Toda una hazaña muy difícil de lograr, más allá de épocas y circunstancias.