Al hablar de los duelos personales que tuvo la Fórmula 1 en su historia, resulta imposible soslayar a la que quizás haya sido la madre de todas las batallas: la que protagonizaron Alain Prost y Ayrton Senna. Un combate que a veces atravesó lo deportivo y que por ello, hizo recrudecer el interés de mucha gente que inclusive no era habitual seguidora de la máxima categoría. Asimismo, vienen a la memoria otras luchas célebres (y hasta cruentas…) que enfrentaron, en distintos momentos, a Nigel Mansell con Nelson Piquet, a Michael Schumacher con Mika Hakkinen y bastante más acá en el tiempo, a Lewis Hamilton con Max Verstappen. Pero claro, todo tuvo un principio y sin dudas que el primer gran enfrentamiento entre dos pilotos, por sus cualidades y luchas en la pista, fue el que puso “rueda a rueda”, o “cara a cara”, a Juan Manuel Fangio con Alberto Ascari en los años cincuenta. Cada uno de ellos reconoció siempre al otro como su principal oponente y eso, de algún modo, potenció la rivalidad.
Las buenas peleas sostenidas en los circuitos entre ambos seguramente tuvieron como punto álgido el campeonato de 1951, que se definió en la fecha final (Pedralbes, España) en favor del balcarceño, que conduciendo un Alfa Romeo, batió al milanés a los mandos de su Ferrari. Sin embargo, uno se sorprenderá al revisar minuciosamente las estadísticas. Es que ese mano a mano, que se inició con el mismísimo Mundial de Conductores, en 1950, no guarda precisamente una destacada continuidad. Veamos: Ascari, en principio, faltó ese año bautismal a los GGPP de Gran Bretaña y de Francia y, posteriormente, Fangio sufrió un accidente que lo mantuvo al margen de toda la temporada de 1952. Si viajamos un poco más adelante en el tiempo, el italiano -el primer bicampeón de la categoría- tuvo intermitentes participaciones en el ejercicio del ’54. Todo ello, sumado a la temprana muerte de “Ciccio”, en mayo de 1955, mientras realizaba un ensayo privado en el autódromo de Monza, redundó en que estos hidalgos rivales (que jamás se cuestionaron maniobra alguna en perjuicio del otro) sólo hayan compartido la grilla de un Gran Premio en 25 oportunidades. ¿Qué representaría esta cifra en los tiempos actuales? Poco y nada. Prácticamente una temporada, no más…
Este estudio demuestra que no siempre cantidad es igual a calidad, ya que los competidores que hoy nos ocupan están en el panteón de los más grandes de la historia. Como dato complementario, bien vale además recordar quien terminó por delante de quien en esas dos decenas y media de carreras. Fangio recibió la bandera de cuadros delante de Ascari en 14 oportunidades y el europeo quedó mejor clasificado que el “Chueco” en otras 9, a la vez que en dos pruebas (Suiza ’50 y Mónaco ’55), ya sea por problemas mecánicos o por un accidente, ninguno de los dos logró terminar la exigencia.





