En cada Gran Premio de Fórmula 1, uno de los tantos argentinos que están realizando tareas activas en los boxes es Gregorio Mandrini, quien es hijo del recordado piloto de Fórmula Renault Gustavo Mandrini y se desempeña como mecánico en la escuadra Racing Bull desde 2021, junto a Nicolás Bianco, y habló en «Buen día, Campeones» (lunes a viernes 10:00 horas) sobre su labor en el grupo de trabajo del «equipo B» de Red Bull Racing, y que tiene su sede en Faenza (Italia).
Al repasar el destacado año de Racing Bull con el francés -y novato- Isack Hadjar y el neozelandés Liam Lawson, Mandrini, expresó: «Por suerte empezamos bien el año con el auto. Si bien ambos pilotos son ‘rookie’, Hadjar es muy fuerte y encuentra en dos o tres vueltas su límite y está en los tiempos que tiene estar; Liam también, aunque le costó adaptarse en el comienzo, pero ya está mejorando bastante«.
Su ingreso al mundo de las carreras europeas se forjó primero en su ciudad natal Leones (Córdoba), en el taller de su padre: «Me crié entre los autos de Fórmula que tenía mi papá, hasta que conocí a Luciano Crespi y me dio la posibilidad de viajar a Suiza para trabajar en un equipo suizo de Fórmula 4 y Fórmula 3; esa fue mi puerta a Europa. Trabajé dos años allí y luego se dio la oportunidad de hacer varias entrevistas de trabajo en el equipo de F1, hasta que logré ingresar«.
Mandrini trabaja junto a Bianco en un interesante proyecto que se podría concretar en un tiempo. «Estamos trabajando para hacer un equipo propio en Fórmula 4, desde hace más de un año, con el objetivo de hacer un puente para los pilotos argentinos lleguen a Europa. Se están dando las cosas para que vayan adelante, y ni bien se concrete -lamentablemente- deberemos dejar la F1«, admitió sobre ese anhelado objetivo en el automovilismo europeo.
