SIETE CLAVES PARA MONZA

Altísima velocidad, baja carga aerodinámica, acelerador a fondo durante un minuto por vuelta, un par de frenadas exigentes: así será la demanda este fin de semana.

Monza es uno de los grandes clásicos de la Fórmula 1. Recibe carreras de automóviles de alta potencia desde hace más de un siglo, tras su inauguración en 1922. El primer GP de Italia celebrado aquí data de aquel año, cuando venció Pietro Bordino con un Fiat. Aquí, siete claves para el fin de semana:

UNO. Monza es el circuito más veloz del calendario. Lando Norris logró, el año pasado, la pole-position a 262,896 km/h de promedio, con una velocidad tope de 347 km/h (ver gráfico inferior); este año, la pole más veloz fue la de Max Verstappen en Jeddah (Arabia Saudita), a 254,615 km/h. Eso supone una fuerte demanda de las unidades de potencia. Si la de Norris quedó afectada tras la pérdida de aceite que sufrió en Zandvoort, puede sufrir en Monza.


DOS. Para girar a más de 250 km/h, el requerimiento de downforce es mínimo. En ese sentido, McLaren pierde un mínimo de performance respecto a Ferrari, por ejemplo, o Mercedes. El Aston Martin es otro coche con buena downforce que perderá rendimiento. Crecen las posibilidades de Williams, que funciona mejor en circuitos de esta característica, o Haas, coches sin mucha carga aerodinámica y, por lo tanto, con menor resistencia al avance (drag).

TRES. Como ese requerimiento de downforce es menor, Ferrari puede aumentar el despeje de sus SF25 para no penar con el eventual desgaste de sus placas, sin perder rendimiento. De esa manera, podrá acercarse a la performance de McLaren. Hay que recordar que Lewis Hamilton penalizará con cinco posiciones en la grilla de partida.


CUATRO. El acelerador permanece a fondo durante el 85 por ciento de la vuelta. La Curva Grande (3) se dobla a fondo, por arriba de los 250 km/h. Solo las dos chicanas (1-2 y 4-5) se trazan a menos de 200 km/h; la doble curva de Lesmo (6 y 7) se toma a 210 km/h y 195 km/h respectivamente; la chicana de Ascari (8-9-10) también se transita a 195 km/h, y la Parabólica Michele Alboreto (11) la velocidad no cae por debajo de los 215 km/h. En un trazado como este, la carencia de potencia relativa del motor Renault perjudicará el accionar de los Alpine A525.

CINCO. Monza es un circuito que demanda más al tren delantero que al trasero; además, pese a la enorme velocidad desplegada y a la mayoría de curvas veloces, exige mucho a los frenos: hay seis puntos de frenado a lo largo de todo el circuito (ver gráfico inferior). Las frenadas más violentas son las previas a las dos chicanas: en la primera, Norris bajó de 344 km/h a 75 km/h en poco menos de 200 metros para lograr su pole en 2024. Las altas temperaturas del fin de semana pueden exigirlos más; en los trencitos de DRS habrá que sacar la trompa a respirar para ventilarlos.


SEIS. A tanta velocidad, es importante la succión para marcar mejores tiempos. Pero, para evitar el aire sucio que haga perder la poca carga con la que circularán, la succión habrá que tomarla a 300/400 metros, lo que hará que la fila india se estire y haya problemas con el tráfico, especialmente en la Q1. Ya ocurrió en 2019 que tratar de imponer esa distancia implicó que algunos pilotos ni siquiera pudieran abrir una última vuelta en la Q3.

SIETE. La gama de neumáticos prevista es la más blanda (C3-C4-C5), pero es muy probable que una estrategia de una parada, como la que hizo Ferrari en 2024 (media-dura), sea la ganadora. La posición en pista no es trascendental en Monza, pero la F-1 del 2025 muestra que una impecable ejecución de las carreras vale tanto o más como una buena posición de partida.

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