No fueron pocos los que se sorprendieron cuando tras su obligada salida de Ferrari por la llegada de Lewis Hamilton, conocida desde un año antes, Carlos Sainz decidiese recalar en un equipo de mitad de la grilla como lo es Williams.
Mucho se especuló durante buena parte del 2024 sobre el posible destino del piloto español. En todos los casos, las teorías apuntaban a un equipo de primera línea. Eran entendibles ya que luego de cuatro temporadas en Ferrari y en uno de sus mejores momentos deportivos, las expectativas de Sainz para, a los 30 años, consolidar su campaña rumbo al objetivo de ser campeón mundial, no podían ser menores.
Descartado McLaren, por tener su alineación confirmada, las opciones pasaron a ser Mercedes Benz, Red Bull y, en menor medida, Alpine. Finamente, las tres se decidieron por jóvenes inexpertos como Kimi Antonelli, Liam Lawson y Jack Doohan.
Actualmente, con la mejor perspectiva que da la distancia, Sainz reconoce que la negociación más seria fue con Red Bull, que en esos momentos buscaba un reemplazante para Sergio Pérez con los especiales requisitos que el candidato fuese veloz y consistente pero que no representase una complicación para Max Verstappen, el indiscutido número uno del equipo. Conocedor del mundo particular de la “familia Red Bull” por su pasado en Toro Rosso (la antigua denominación de la actual Racing Bulls) corriendo 23 carreras como compañero de Verstappen, el español parecía ser el candidato indicado. Parecía, pero no fue por esto que contó Carlos.
“Por supuesto que tuve conversaciones con la gente de Red Bull. Me interesaba estar en un equipo de punta, pero sentía que por alguna razón no me querían…”, reveló sin especificar si esas cuestiones eran económicas porque “no hablo de mis asuntos contractuales”.
En cambio, Sainz, dejó una puertita abierta para intuir sobre el motivo del desagrado que, según dijo, ocasionaba su gestión para incorporarse al equipo Red Bull.
“Creo que cualquiera que sepa algo de cómo se mueven las cosas en la Fórmula 1, entiende por qué Red Bull no me quiso contratar”, tiró misterioso, pero sin otros datos.
¿Habrá sido porque, conocedor de la fuerte personalidad de Max por su experiencia como compañero en Toro Rosso, no quiso aceptar estar condicionado a sus exigencias, ni relegado en el trato deportivo? Tal vez lo diga en una próxima revelación.