Sin ser altísimas, muchas eran las expectativas que Carlos Sainz había puesto en Williams como motivación tras su desplazamiento de Ferrari por la llegada de Lewis Hamilton. Por eso, grandes son su decepción y disgusto luego de cumplir media temporada y verse en el 16° lugar del campeonato y, fundamentalmente, muy distanciado de su compañero Alexander Albon, que se ubica octavo y sumó 38 puntos más (54 contra 16) que el español.
La opaca performance en el Gran Premio de Bélgica agregó un justificado motivo al ya acumulado enojo de Sainz. Obviamente, su 18° y antepenúltimo puesto (sólo quedó por delante de Colapinto y Hadjar) lejos estuvo de satisfacerlo a Sainz, y en cambio empujó nuevas críticas.
“No estamos actuando al nivel que exige la Fórmula 1. Más que fiabilidad, son pequeños problemas, pequeños errores que todos cometemos un poco. Una vez es culpa de uno de nosotros, otra vez es culpa de otros. Nos estamos haciendo daño a nosotros mismos con decisiones equivocadas”, señaló Sainz, haciendo referencia, concretamente, sobre lo sucedido en Spa, a los cambios de la puesta a punto realizados de cara a la final, luego del buen sexto puesto obtenido por el español en el Sprint sabatino. Apuntaba a la presencia de una lluvia que finalmente no apareció en el Gran Premio.
Sainz calificó como ”tontos” esos problemas e incluso reconoció que también lo tienen los equipos rivales, pero aclaró que “son menores y los resuelven porque operan en un nivel superior al nuestro y acorde a la Fórmula 1”.
Frente a este panorama y de cara al futuro, Sainz insta a seguir trabajando, porque lanza como mensaje esperanzador: “Tenemos que seguir trabajando como equipo y lo haremos, porque vemos que cuando no ocurren esos problemas tontos o cosas raras, estamos ahí para dar lucha…”
En ese futuro asoma como cita inmediata el Gran Premio de Hungría. “En teoría, el Hungaroring es un circuito que no nos favorece, pero llevamos una serie de mejoras. Si funcionan, será una buena señal de nuestra recuperación”, anticipa Sainz.
Esta es una recuperación que cada día Sainz espera con mayor ansiedad, para no ver devaluada su imagen en el mercado de pases.