Esta fue una sesión muy importante para Romain Grosjean: volvió a estar a bordo de un monoplaza de Fórmula 1 cinco años después de su accidente. La jornada estuvo marcada por la lluvia, pero eso no fue excusa para que el piloto disfrutara de realizar las pruebas en el trazado de Mugello. El expiloto de Haas culminó el día con una emotiva ovación en el pitlane.
«Fue un día lluvioso, pero como decimos, boda lluviosa, boda feliz. Así que fue un día lluvioso, un día feliz, fantástico», expresó Grosjean. «Al principio me sentí un poco oxidado, pero luego todo volvió. Incluso hice una salida detenida, y adivinen: mi última salida fue en Baréin 2020. Esta vez salió mucho mejor», añadió.
Ayao Komatsu, jefe de equipo de Haas, y Dominic Haines, su ingeniero de carrera entre 2019 y 2020, junto a los miembros de Red Bull, Ferrari, Pirelli y, por supuesto, los de la escudería Haas, decidieron regalarle este momento especial a Grosjean, recordando lo mucho que se lo extrañó el tiempo que estuvo fuera de la máxima categoría.
«¡Me hicieron llorar al final del día! Mantuve el visor abajo, pero en mi última vuelta de entrada, todos estaban allí, aplaudiendo y dándome una ovación. Eso era algo que esperaba en Abu Dabi 2020, en mi despedida planeada, pero creo que hoy fue incluso mejor», confesó el piloto de 39 años.