Piastri en el camino de Brabham y Jones

El liderazgo del piloto de McLaren abre las ilusiones de los australianos de tener su tercer campeón mundial de Fórmula 1. Falta mucho, pero la posibilidad es cierta.

Oscar Piastri llega a Miami con el objetivo de defender su liderazgo en el Campeonato Mundial de Fórmula 1. Una privilegiada situación que ha resurgió las ilusiones de sus compatriotas de ver un australiano como rey de la categoría máxima.

De concretarse esa conquista, seguramente la disfrutaran con todo, porque muchos de los australiano que actualmente se entusiasman con la posibilidad de Piastri eran muy chicos, o ni siquiera habían nacido, cuando en 1959 Jack Brabham se convirtió en el primer piloto australiano,no sudamericano ni europeo, en obtener el cetro máximo del automovilismo mundial, que repitió al año siguiente y en 1966. Ya más cercano en el tiempo, algunos tal vez hayan celebrado el campeonato que en 1980, en Canadá y a autazo puro con el Williams sobre el Brabham, Alan Jones le ganó a Nelson Piquet.

Por encima de la mayor cantidad de coronas, la figura de Brabham posee un mayor significado para los australianos. Referente de la década del 60, Old Jack, como se lo conocía, fue uno de los tantos pilotos de Oceanía (Hulme, McLaren, Amon fueron otros) que buscó proyectar su campaña en pistas europeas, en épocas que el automovilismo no estaba tan globalizado y centraba mayormente su actividad en Europa. No le fue sencillo, pero finalmente logró convertirse en una de las figuras de la época con sus tres títulos. Los dos primeros sobre un Cooper Climax, el tercero con un auto de su propia construcción (Brabham-Repco). Un hecho que lo dejó en la historia como el primer y único piloto en ser campeón con un auto construido en su empresa, Brabham Racing Organization. Un hecho que disfrutó con orgullo hasta su muerte en 2014, a los 88 años. Imposible pensar en esta situación en los tiempos actuales.

Distinto resultó lo de Jones. Por entonces, y bajo el mando de Bernie Ecclestone, varias cosas habían cambiado, con equipos respaldados por terminales o fuertes patrocinios. Luego de pasos iniciales complicados en la Fórmula 1, Alan estuvo en el momento justo y en el lugar indicado en el que, gracias al fuerte apoyo económico inyectado por capitales árabes, se encontraba a fines de los 70, Williams que dejó de ser un equipo del fondo de la grilla para convertirse en una de los más exitosos. A esto, Jones le agregó su aguerrido manejo, determinante para prevalecer en la temporada 1980 por sobre Nelson Piquet.

Pudo haber una tercera corona para un australiano. No tanto por Daniel Ricciardo (fue ganador, pero nunca tuvo una oportunidad clara) sino por el lado de Mark Webber, casualmente el apoderado de Piastri y quien más fuerza hizo para sacarlo de Alpine y ubicarlo en McLaren. Webber fue el último australiano, antes que Piastri, en liderar un Campeonato Mundial de Fórmula 1. En esa posición estaba a 3 fechas de la finalización de la temporada 2010. Bajó el segundo lugar de cara a la cita final en Abu Dhabi. Igual llegó con muchas chances: a 8 puntos del líder Alonso y 7 de ventaja sobre Vettel su compañero en Red Bull. Una estrategia en función de favorecer las chances de Vettel, que era el primer piloto, mandó a Mark a un opaco octavo lugar, que junto al séptimo de Alonso consagraron a Vettel.

La revancha de Mark a Red Bull puede llegar de la mano de su mejor alumno. Si esto ocurre, también vale.