Paul Aron y su incómoda posición como reserva: «no vine a jugar un videojuego»

El piloto estonio entendió que «su trayectoria fue más complicada» para ingresar a la Fórmula 1, y presionó para tener más oportunidades en pista.

La baja de Jack Doohan como piloto titular de Alpine a inicios de la temporada 2025 de la Fórmula 1 inició una pulseada entre Franco Colapinto y Paul Aron que finalmente se decidió en favor del argentino, quien fue promovido por Flavio Briatore para ocupar la butaca del australiano.

Junto con Kush Maini, Ryo Hirakawa y el propio Doohan, el estonio se sostuvo en su trabajo como piloto de reserva, al aguardo de una oportunidad para subirse al A525 en caso de que algo sucediera con el representante pilarense o bien con su compañero Pierre Gasly.

Párrafo aparte es cuánto influyó el factor económico en la decisión de Briatore, quien tenía como referencia el buen trabajo de Franco en Williams y, al final del Campeonato, también resaltó la evolución de Colapinto como segundo piloto de la escudería francesa. En diálogo con el canal de radio nacional estonio Vinkerradio, Aron entendió a la vez que «para un chico que viene de Argentina es más fácil encontrar seguidores, patrocinadores y dinero que para mí, que vengo de Estonia, donde hay poco más de un millón de habitantes».

Y por esa misma razón, al venir de un pequeño país del norte europeo, es que Aron entiende que su camino no ha sido tan fácil como el de otros pilotos para ganarse un lugar en la «Máxima». «Sigo teniendo las puertas abiertas en la Fórmula 1, pero mi trayectoria ha sido sin duda mucho más complicada. Sé muy bien que este camino ha sido facilísimo para algunos chicos, porque siempre han contado con un buen apoyo, y este apoyo marcó una gran diferencia, ya que, en definitiva, es un deporte técnico».

Con la grilla del 2026 confirmada y aún sin lugar como titular en Alpine, el piloto de 21 años marcó un plazo. «Llevo un año en la reserva; la verdad es que, según mi lógica, dos años es el máximo. Cuanto antes puedas subir, mejor. En la Fórmula 1, cada año se incorporan nuevos pilotos jóvenes, hay nuevos talentos, y cuanto más tiempo estés en la reserva, más tiempo te pierdes en la ‘niebla’, por así decirlo. Siempre contribuí más de lo que nadie esperaba; fue muy efectivo, pero cuando llevas un año en esta posición, es difícil asegurar el mismo efecto».

«Realmente no me había dado cuenta de lo apretada que estaba la agenda de la F1. Para ser sincero, no imaginaba que un piloto reserva pudiera tener una agenda tan apretada; de hecho, creo que mi agenda era más apretada que la de los pilotos. Terminé haciendo entre 500 y 600 horas de simulador, una diferencia enorme con respecto a lo que me dijeron inicialmente», amplió el estonio acerca de su intensa labor debajo de la pista, que combinó con algunas participaciones en las FP1 de Monza, México y Abu Dabi. También se subió al C45 de Sauber este mismo año, en Gran Bretaña y Hungría. Posteriormente, giró con esta misma escudería en las pruebas de postemporada en Abu Dabi.

«Pasé por ciclos varias veces durante el año en los que disfrutaba de lo que hacía; luego me di cuenta de que seguía siendo piloto reserva y empecé a decirme que no estaba contento con esta situación. Entonces me di cuenta de que tenía que aceptarlo y que lo único que me ayudaría de ahora en adelante era darlo todo. El ciclo se desarrolló así. Definitivamente hubo momentos en los que lo disfruté mucho, pero al final, soy piloto de carreras y no vine a la Fórmula 1 para, en teoría, jugar a un videojuego», apuntó en el cierre.

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