Lewis Hamilton comenzó el Gran Premio de Las Vegas con el pie izquierdo. Si bien las condiciones de pista no fueron las ideales, todo empeoró con la lluvia que cayó el sábado durante la clasificación. El británico quedó eliminado en la primera tanda clasificatoria con el peor tiempo, lo que significó que largaría en última posición. Pero lejos de sentirse derrotado por la situación, el día domingo, en carrera, demostró su potencial y terminó la carrera en décimo lugar.
Del otro lado del garaje, Charles Leclerc tampoco tuvo una clasificación fácil. El monegasco, si bien logró avanzar hasta la Q3, no consiguió uno de los lugares privilegiados para la carrera, sino que se tuvo que conformar con largar desde la novena posición. En carrera logró culminar en sexta posición. Ambos pilotos de Ferrari se vieron beneficiados por la descalificación de los pilotos de McLaren, lo que los ascendió hacia el cuarto y octavo lugar.
Ferrari viene de unos problemas internos y externos. Primero, los dichos de Elkann podrían estar perjudicando el rendimiento de sus pilotos, ya que se les está exigiendo mucho más de lo que el monoplaza puede dar esta temporada. Por otra parte, unas carreras atrás perdieron su lugar por el subcampeonato de constructores, luego de ser sobrepasados por Mercedes y Red Bull; otro punto por el cual los pilotos pueden encontrarse perdidos.
Frederic Vasseur, team principal del equipo, no dudó en comentar al respecto: «Prefiero que los pilotos sean muy abiertos al final de la carrera cuando no hemos hecho el trabajo perfecto y el coche no iba bien, que digan ‘estoy frustrado’».
«Ahora lo más importante no es lo que dicen en televisión, es lo que hacen el lunes por la mañana con el equipo para intentar hacerlo mejor e intentar empujar al equipo a hacerlo mejor», agregó Vasseur.
