HAMILTON, CONTRA LA RENOVACIÓN

Los pilotos jóvenes se ofrecen como alternativas para reemplazarlo, pero el inglés muestra que puede responder a la confianza que le dispensa Ferrari.

De aquel Lewis Hamilton que se autopercibió un desastre de piloto tras el fin de semana húngaro, el mes pasado, parece no haber quedado nada. Ciertamente que el mejor tiempo en la FP2 de Azerbaiján no es decisivo, pero muestra que el inglés no ha perdido toda su calidad como creía.

Es la cabeza de un proyecto multimillonario que no estaba dando frutos, al punto que muchos empezaron a pensar que Hamilton estaba más cerca del retiro que de una segunda temporada con la casa de Maranello. Piero Ferrari simbolizó el apoyo de la compañía cuando, en la noche del jueves, declaró en Verona que Hamilton «es como el tenista que cambia de raqueta. Necesita adaptación. No sabe cómo se construye nuestro auto, cómo se desarrolla, qué cosas ocurren en el equipo».

Hamilton se mostró de acuerdo con ello: «hemos progresado con este auto en las últimas carreras y tengo bastante optimismo. Cuánto más tiempo paso con el equipo, más me acerco a sentir lo que espero del coche».

Es cierto que la SF25 sigue la tendencia ferrarista de los últimos años en el veloz trazado de Bakú, dónde Charles Leclerc se quedó con las últimas cuatro poles de manera consecutiva.

LECLERC, CLARK Y UN CURIOSO MALEFICIO

Hamilton trabajó con un programa distinto, utilizando en mayor medida el neumático medio (C5) y, tras pegarle a la pared en la primera tanda y componer sus frenos delanteros en la segunda, acabó con un baño de confianza. Estar delante del hombre récord en una de sus pistas preferidas, teniendo en cuenta que en general Leclerc suele ser más veloz, no es un dato para soslayar.

«Es una práctica, no más que eso. Pero es un progreso que muestra la dirección que hemos tomado», afirmó.

Ocurre al cabo de la semana en la que el siguiente candidato a integrar el equipo Ferrari admitió que su sueño es pilotear a tiempo completo para la Scuderia. «Es mi objetivo en la vida», señaló en la semana Oliver Bearman. «Ya lo probé el año pasado y esa es mi motivación, espero poder lograrlo».

Bearman no es el único joven piloto que acecha desde la Academia Ferrari. Allí está el brasileño Rafael Câmara, que viene de ganar con superioridad el campeonato FIA de Fórmula 3 con una fecha de anticipación y se coloca en una eventual línea sucesoria.

El exZar de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone, ya sugirió en alguna oportunidad que Hamilton debía retirarse y señaló como reemplazo a otro fenómeno brasileño, mucho más consagrado que Câmara: el piloto de Sauber/Audi Gabriel Bortoleto.

El paulista posee un futuro promisorio en la escuadra de Hinwil, especialmente ahora que será oficialmente la casa de los cuatro anillos, pero no le disgustaría a futuro ponerse al volante de máquinas como las que, oportunamente, condujeron al triunfo sus compatriotas Rubens Barrichello y Felipe Massa.

Esto es F-1: el que no rinde, no sirve. Pero Ferrari confía en su apuesta británica, aunque sospeche que no podrá ganar una sola carrera este año con la SF25, mientras Hamilton entrega estas gotas de rendimiento puro que le hacen pensar que un futuro mejor en Italia es posible. Y que le queda cuerda para rato.

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