FANGIO, FROILÁN Y LOLE FUERON REYES EN GRAN BRETAÑA

Como ningún otro, el historial de la carrera británica muestra entre sus vencedores a los tres pilotos argentinos ganadores de Grandes Premiso mundialistas.

Paradójicamente tan enfrentada y no bien vista por los argentinos, Gran Bretaña ha sido en el Campeonato Mundial de Fórmula 1 bastante favorable a los pilotos compatriotas que participaron en las distintas ediciones de su Gran Premio, especialmente en las tres primeras décadas

El repaso de sus 75 ediciones, es uno de los dos Grandes Premios (el otro es Italia) que nunca faltó en el campeonato, muestra en su lista de triunfadores a los tres pilotos argentinos que integran el grupo de 115 corredores que alguna vez vencieron en una fecha mundialista: Juan Manuel Fangio, José Froilán González y Carlos Alberto Reutemann.

Por encima de trayectorias, de este trio de compatriotas ganadores en Gran Bretaña sobresale la figura de Froilán González. Y no sólo por haber repetido el festejo, ni por lograr en la edición 1951 la primera de las victorias argentinas, sino básicamente porque inauguró el casillero ganador de Ferrari que aún permanece abierto. Como bien relató en una nota anterior el colega Jaime Pintanel, aquel 14 de julio de 1951, Froilán cumplió una brillante actuación y cortó el invicto que Alfa Romeo ostentaba desde el comienzo del campeonato mundial en mayo de 1950.

Este triunfo tan significativo motivó el eterno reconocimiento de Enzo Ferrari a González y una estrecha relación que se mantuvo hasta los últimos días del Commendatore, fallecido en agosto de 1988. “Era uno de los pocos que podía entrar en su oficina sin tocar la puerta…”, contaba orgulloso Froilán con su especial expresividad, sobre uno de los privilegios de tan cercana relación.

González repitió la victoria, también en Silverstone y con Ferrari en 1954. Ese 17 de julio hubo 1-2 de los autos de Maranello con el segundo puesto de Mike Hawthorn. El tercer puesto fue argentino, pero no de Fangio, sino de Onofre Marimón, en su segundo y último podio en el Mundial. Dos semanas más tarde en los entrenamientos del Gran Premio de Alemania en el extenso circuito de Nurburging, Marimón se convirtió en una nueva víctima fatal del peligroso trazado germano. Afectado anímicamente por el accidente de su compatriota, Froilán no pudo completar la carrera y, como reconoció, esto limitó sus aspiraciones al campeonato. Igual fue subcampeón.

A diferencia de Froilán, Fangio tuvo que esperar hasta la sexta de sus 7 presentaciones en la carrera británica para su único triunfo. Fue otro 14 de julio, pero de 1956, cuando sobre la Ferrari D60 Lancia, tomó la punta en la vuelta 69 de las 101 previstas tras los retrasos de Mike Hawthorn (BRM) y Stirling Moss (Maserati).

En este caso, la cuarta fue la vencida para Fangio que arrastraba los antecedentes de sendos segundos puestos ante González (1951), Alberto Ascari (1952) y Moss (1955). Este último, en la carrera disputada en el circuito de Aintree, pudo acortar esa espera, pero según versiones de la época, el Chueco debió dejarle ganar en su país a Moss por una orden del equipo Mercedes Benz.“No lo dejé ganar, fue un poquito más rápido que yo…”. explicaba Fangio con una pícara sonrisa sobre el apretado final que vio separadas por sólo 2/10 a los dos Flechas de Plata.

El recuerdo de la exitosa jornada de Reutemann es más cercano y nos retrotrae al 16 de julio de 1978 en Brands Hatch, un circuito que por esos tiempos se alternaba con Silverstone. Una temporada con altibajos para Reutemann por el dispar rendimiento de los neumáticos Michelin en su Ferrari, con más problemas que alegrías.

El octavo lugar en clasificación no daba para muchas ilusiones, pero ya en carrera la Ferrari empezó a mostrar un andar consistente y veloz. Así entre superaciones y abandonos de los rivales, Lole llegó a  colocarse como escolta del líder Niki Lauda. Como su Ferrari2 312T3, Reutemann también estaba en uno de sus días de inspiración y fue así que en la vuelta 61 vio el hueco cuando Lauda se complicó al superar con su Brabham al rezagado Alfa Romeo de Bruno Giacomelli. Con sorprendente determinación, Lole se mandó por adentro para convertirse en nuevo y definitivo puntero. En las 16 vueltas restantes, se dedicó a controlar a un Niki golpeado anímicamente por semejante sobrepaso, para asegurar una de sus victorias más recordadas.

Se habló y se elogió tanto esa maniobra, que su imagen, plasmada en un dibujo, fue la que ilustró las tarjetas de Navidad enviadas por la Fórmula 1 para las Fiestas de Fin de Año.

Es demasiado y desubicado pedirle a Franco Colapinto que continué con esa serie de victorias argentinas en Gran Bretaña. Si, hay que esperar y desear una buena actuación que ayude a encaminar su incierta continuidad.

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