¿Cuántas expectativas se crearon a principios de 2024 cuando, anticipadamente, se anunció el pase de Lewis Hamilton a Ferrari? ¿Cuántas especulaciones se tejieron sobre nuevas conquistas y récords? No era para menos, con uno de los más espectaculares pases de la historia, que incluían al máximo ganador y uno de los mayores campeones mundiales, con el equipo más legendario de la Fórmula 1.
Pocas de esas especulaciones, seguramente, imaginaron un récord negativo como el que acaba de concretar Hamilton en el Gran Premio de Estados Unidos. Su ausencia del podio fue la decimonovena consecutiva, la máxima mala racha de un piloto de Ferrari en sus visitas al estrado. Dejó archivada la anterior de 18, establecida por el francés Didier Pironi desde el Gran Premio de Estados Unidos Costa Oeste en Long Beach 1981, y cortada por su triunfo en el Gran Premio de San Marino en Imola 1982, recordado por su desobediencia a la orden de Ferrari de dejarle ese privilegio a su compañero Gilles Villeneuve.
Agudiza la crisis de Hamilton, ver que su compañero Charle Leclerc, el mismo que muchos intuían opacado ante la llegada del inglés y que también debe lidiar con la indócil Ferrari SF-25, subió 6 veces al podio. Arabia Saudita, Mónaco, España, Austria, Bélgica y, recientemente, Estados Unidos vieron al monegasco levantar trofeos que, salvo su Mónaco natal (llegó segundo), correspondieron al tercer puesto.
El pequeño consuelo de Lewis se dio en China, con su pole position y triunfo en la Carrera Sprint. Paradójicamente, fue el mismo Gran Premio en que, tras en la carrera final, ambas Ferrari fueron desclasificadas por distintas irregularidades técnicas. Con su auto en condiciones, Lewis quedó en la puerta de ese podio esquivo, con los cuartos puestos en Emilia Romagna, Austria, Gran Bretaña y Estados Unidos.
«Por supuesto que quiero estar más arriba y subir al podio, así que tengo que seguir trabajando, porque he estado tan cerca pero también tan lejos», dice Lewis, que ahora tiene cinco chances para terminar con esta sequía sin podios ferraristas, que, sin imaginarla, se ha filtrado entre tantos récords brillantes que muestra su campaña. ¿Quién lo hubiese pensado al principio de la temporada?
