EL CAMBIO FUNDAMENTAL QUE LAURENT MEKIES IMPLEMENTÓ EN RED BULL

El nuevo Team Principal eligió escuchar lo que su piloto estrella tiene para decir en torno a la puesta a punto del RB21. Menos simulador y más ingeniería.

“Como Laurent tiene formación en ingeniería, les hace las preguntas correctas a los ingenieros, preguntas de sentido común, así que creo que funciona muy bien”. Así elogió el campeón mundial Max Verstappen el desempeño del nuevo Team Principal de la escuadra Red Bull, el francés Laurent Mekies, a quien hizo también responsable del resonante éxito que consiguió en Monza, en el Grand Prix más veloz de la historia del Mundial.

Verstappen puso de manifiesto el conocimiento de ingeniería que reviste Mekies, en tácita oposición al que carecía su antecesor, Christian Horner. La comparación apuntaba también a subrayar que, con Mekies a cargo, se siente mucho más escuchado a la hora del debate en torno a la puesta a punto del RB21. Según el equipo, se trabaja menos en el simulador buscando soluciones en la noche del viernes, en los fines de semana de carrera, y más en la cuestión técnica propiamente dicha.

De hecho, Monza fue la segunda carrera consecutiva a la que Red Bull lleva novedades técnicas; en Zandvoort fue un flap adicional para la trompa; en Italia apareció un alerón trasero especial, recortado para generar menos resistencia al avance, y otro flap en el spoiler para generar más carga sobre el tren delantero. “En Zandvoort dimos un paso que parecía funcionar bastante bien, y luego aquí (en Monza) otro que nos pareció un poco mejor”, señaló Verstappen.

El campeón mundial defendió una puesta a punto relativamente inestable, con mucha más carga sobre el tren delantero que sobre la parte trasera. Su estilo va de acuerdo con ello; a cualquier otro piloto, excepto quizás a Charles Leclerc, se le habría complicado. “Nos empujó hacia una dirección de configuración bastante inusual y funcionó”, reconoció Mekies.

Lo cierto es que, más allá de su perfil técnico, el francés le da más espacio a su piloto estrella para que participe del debate, algo que no ocurría tanto con Horner, a quien volvió a referirse Verstappen después de ganar en Monza.

“En muchas carreras en las que hemos estado experimentando con la configuración del coche. Cambios bastante extremos, lo que demuestra que no teníamos el control. No entendíamos bien qué hacer”, señaló Max en referencia a lo sucedido en los últimos meses. “Antes me sentías como un pasajero en el coche. Tuvimos algunas carreras en las que simplemente no estaba equilibrado. A partir de las cosas que hemos probado, en cierto momento algunas nos dieron una idea de la dirección, y en eso seguimos trabajando”.


Mekies reconoció sus dudas en torno a la decisión de su piloto pero, fiel al cambio que implementó, la apoyó.

“Aunque parecía mucho más difícil conseguir el equilibrio con ese nivel más bajo (de carga aerodinámica), Max estaba muy fuerte y nos presionó para mantenerlo en el coche”, reconoció.

El modus operandi de Mekies parece alegrar al campeón en base a los resultados logrados: “El coche se comportó un poco mejor de lo que pensaba. Me pareció muy divertido”.

La baja degradación que el asfalto de Monza impone a los neumáticos también fue decisiva en la victoria del campeón. En Baku (Azerbaiján), escenario de la próxima carrera, la baja demanda de carga puede favorecer también al equipo que ahora conduce Mekies.

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