EL 1 DE MCLAREN Y OTRAS CINCO ENSEÑANZAS QUE NOS DEJÓ CHINA

Algunas consideraciones a propósito de lo que se vio en Shanghai, una semana después de Melbourne, de cara al campeonato mundial.

McLaren no tiene un piloto número 1. Aunque Lando Norris tenga más experiencia y pergaminos que Oscar Piastri (130 GGPP contra 43, 5 triunfos a 3, 10 poles contra 1), y las Papaya Rules no siempre se apliquen a rajatabla, Norris no podrá reclamar privilegios a lo largo de la temporada. Si el MCL39 continúa siendo el coche dominante, uno de los dos será el campeón, pero no habrá dedo del equipo para determinarlo: quién sea el más veloz el sábado, tendrá las mejores chances (siempre que no rife al día siguiente la carrera…). Piastri perdió puntos en Australia, pero se desquitó con el triunfo en China y es tan candidato al título como su compañero.

Pero esa no fue la única enseñanza que dejó el Grand Prix de China, como se verá:

Uno. El RedBull RB21 es el segundo o tercer mejor coche del 2025 pero solo si lo maneja Max Verstappen. En cualquier otro caso, más vale dejarlo en los pits. El RB21 no parece haber abandonado la mayoría de las pesadillas que generaba su antecesor, aunque vale decir que su ritmo con gomas duras, en la fase final de la carrera, era similar al del MCL39. Dos atenuantes: Piastri cuidaba sus cubiertas y al RB21 lo conducía Max.

Dos. De paso: no ganaron nada cesanteando a Checo Pérez. Ahora se produce un gran alboroto sobre el rendimiento de Liam Lawson, y parece haber extrañeza en el cuadro directivo: RedBull no esperaba que anduviera al nivel de Verstappen, pero tampoco que caminara tan mal. Para el GP le cambiaron toda la puesta a punto de su coche para ver si reaccionaba (Horner dijo en una entrevista post-carrera que consideraban su carrera como un gran test de 56 vueltas), pero los rumores lo comprometen cada vez más. Lo lógico sería el swap con Yuki Tsunoda antes que despedir al neozelandés de la Fórmula 1. Pero si ese es el caso, esta no es ninguna enseñanza: ¿a quién sorprende la crueldad con la que RedBull maneja a sus pilotos? No es novedad.

Tres. Mercedes volvió a tener dos coches en los puntos, George Russell traslada su velocidad de sábado a domingo –el undercut a Norris funcionó, pero el MCL39 todavía es cuatro décimas más veloz que el W16- y en Kimi Antonelli reside un potencial fabuloso. Pero Australia es la segunda carrera consecutiva que se disputa en un asfalto no tan abrasador, con cielo cubierto, condiciones benévolas que sacaban lo mejor del Mercedes del año pasado. ¿Qué ocurrirá en las pistas del verano? Esa, por lo tanto, es una incógnita no despejada sobre el auténtico paso adelante que representa el W16.

Cuatro. Aún con toda su extraordinaria tecnología, pudiendo cambiar las cuatro cubiertas de un auto en menos de dos segundos, la Fórmula 1 nunca será la NASA. Siempre habrá margen para el error. Que a una escuadra con aspiraciones de título mundial le desclasifiquen sus dos autos por distintos motivos es flagrante prueba de ello. Ya se encarga la prensa italiana de denostar a Ferrari lo suficiente (“objetivamente, hasta aquí el balance es desastroso; sin el capolavoro de Lewis en el Sprint, esto sería una tragedia sentimental”, escribió Leo Turrini, por ejemplo) como para ensañarse aquí. La enseñanza es que hemos visto a cualquier equipo de Fórmula 1 cometer errores groseros en el diseño de un auto, su elección de pilotos o la ejecución de una carrera, tanto, que no hay que confiar ciegamente en su infalibilidad. Si hubiera que mandar un coche de F-1 a la Luna, llegaría rápido; pero habría que pedirle a la NASA que, por las dudas, revise todos los cálculos…

Cinco. El mediocampo de la Fórmula 1 parece estar poblado de volantes, literalmente. A Williams y Alpine, los equipos que tras las pruebas se sindicaba como los patrones de esa parcela del pelotón, se les ha sumado Haas y también Racing Bulls. Después, entre los atributos técnicos y las estrategias, pueden estar más arriba o más abajo; por ejemplo, si se elige un plan de dos paradas, como ejecutó la escuadra de Faenza sin leer bien lo que ocurría, perdiendo así la chance de sumar puntos. China dejó la sensación de que esos cuatro equipos pagaron el alquiler de la zona. La duda es Aston Martin, porque Lance Stroll sumó en dos carreras seguidas, pero Fernando Alonso no completó ni 40 vueltas entre ambos Grands Prix.