Aun siendo el más veloz en la FP2, el viernes, Max Verstappen se sabía en problemas. Su Red Bull RB21 podía viajar más rápido que cualquier rival en una vuelta, pero el ritmo era pobre y no le proporcionaba las mejores perspectivas. Dos días más tarde, el campeón subió al podio, estuvo a tiro del segundo lugar y, en especial, recortó de 40 a 36 puntos la diferencia con la vanguardia del torneo.
Esos dos panoramas disímiles habilitan la pregunta: ¿qué fue lo que ocurrió para que el piloto de Red Bull cambiara de manera tan favorable su resultado? Las respuestas son varias y su ensamble genera la explicación completa.
La solución que lo llevó a tantos éxitos en las últimas carreras, tres triunfos desde el receso, no funcionaba en un circuito de tan bajo agarre como el Hermanos Rodríguez. Así que redujo la carga sobre el alerón delantero para que el tren trasero no patinara tanto y evitara el desgaste de las cubiertas que traccionan. De esa forma, solo consiguió el quinto lugar en clasificación, dejándole la pelea por la pole-position a Lando Norris y Charles Leclerc. Pero el RB21 quedó vivo para el Grand Prix.
That Turn 1 chaos!! 🤪💨#F1 #MexicoGP pic.twitter.com/MBAzrcnotB
— Formula 1 (@F1) October 27, 2025
La segunda razón es la estrategia distinta que decidió Hannah Schmitz: largar con cubiertas medias y estirar la detención. Sin mucho grip con ese juego, Verstappen hizo un primer stint relativamente cauteloso pero sin esquivar peleas francas, como la que libró contra Lewis Hamilton. Tenía como medida los stints de los líderes con cubiertas blandas: cuando el líder Norris se detuvo en el giro 34, supo cuánto podían durar en su coche. Precisamente, entró a los pits en el giro 37, cuando quedaban 34 vueltas de carrera…
El tercer factor fue, paradójicamente, la disminuida performance de Oscar Piastri, que sufre mucho en pistas de bajo grip. Envuelto en un pelotón en el que todos calzaban cubiertas medias, McLaren lo trajo a boxes en el giro 47 para una segunda parada. Mercedes reaccionó tarde y Kimi Antonelli perdió la posición; Hamilton, en cambio, no. Una vuelta más tarde se detuvieron Oliver Bearman y George Russell.
Esa detención en masa puso a salvo a Verstappen, ya que, aunque todos calzaron blandas (usadas), quedaron a una diferencia indescontable. En la vuelta 50, la distancia de Verstappen a Bearman era de 16 segundos. Una segunda parada le habría hecho perder el podio al neerlandés, pero su ritmo fenomenal con blandas (siete décimas de segundo más rápido por giro que Leclerc) indicaban el inmejorable estado de sus cubiertas; ello, gracias al cambio en la puesta a punto hecho de viernes para sábado.
«No esperaba estar en el podio», explicó al cabo del GP. «En el primer stint iba lento y tenía problemas con los neumáticos. No tenía grip y estaba luchando realmente para seguir a los coches delante de mí. Luego, cuando cambiamos a los blandos y los demás a los medios, todo parecía un poco más competitivo. Terminar tercero ha sido muy bueno en un fin de semana difícil para nosotros».
Un Virtual Safety Car le quitó la chance de superar a Leclerc en los dos últimos giros y ser segundo de Norris, pero se lo tomó con filosofía y buena memoria: «A veces, el coche de seguridad también me ha tratado muy bien en mi carrera. A veces se gana, a veces se pierde. Así son las cosas en las carreras», señaló en directa alusión al GP de Abu Dhabi de 2021. «Habría sido divertido hasta el final. Bueno, quizá un poco más divertido para mí que para Charles defendiendo, pero habría sido un final divertido, creo, para que todos lo vieran».





