No es ninguna novedad que Yuki Tsunoda, además de ser un piloto veloz e inestable, es también un riesgo para sus colegas por sus imprevisibles y temerarias maniobras en la pista. Ejemplos sobran, y casi no hay pilotos en la Fórmula 1 que no hayan tenido algún problema con el japonés.
En Austin le tocó a Oliver Bearman padecer a Tsunoda. Fue en la vuelta 35, cuando con Yuki disputaba el séptimo lugar, algo que era bastante para el piloto de Haas y no tanto para el compañero de Max Verstappen.
En pleno trámite de superación, Bearman vio cerrada su línea por el nipón y, para evitar el choque, debió ir al pasto. Consecuencia, Oliver se retrasó al noveno puesto final, mientras que Tsunoda mantuvo el séptimo al no pronunciarse los comisario sobre el incidente.
«Así no se corre. Estuve dando vueltas por todas partes durante unas cuantas vueltas y cuando finalmente metí la trompa e intenté adelantar, se movió y no me dejó espacio. Eso fue injusto. Lo que hizo Yuki fue bastante peligroso, contrario al espíritu de cómo debemos competir y a la imagen que debemos proyectar al aficionado», fue la reacción inicial del inglés, antes de continuar con las críticas a Tsunoda.
«Lo que hizo no está permitido y podía haber causado un accidente muy grave de no haberlo esquivado», señaló Oliver, antes de estimar que «siento que Tsunoda está conduciendo un poco desesperado y esto se notó en la forma en que se defendió. Ha tenido este tipo de problemas con otros pilotos. Parece una tontería pero es grave.»
Bearman no lo dijo, pero seguramente, en esa conducción desesperada que critica en Tsunoda, tenga mucho que ver el incierto futuro del japonés, a quien muchos ven fuera de la Fórmula 1 para el 2026. De concretarse, sería una buena noticia para varios de sus colegas.