ANDREA DE ADAMICH, UN ITALIANO SIN SUERTE

Destacado piloto en Gran Turismo y Sport, pasó por la Fórmula 1, pero dos accidentes limitaron sus posibilidades. Ganó la Temporada Internacional de F2 en Argentina con su recordado triunfo en El Zonda. Falleció a los 84 años.

No le dirá mucho, a quienes actualmente se acercan a la Fórmula 1, el nombre de Andrea de Adamich. Es que su paso por la Máxima, entre 1968 y 1973, no fue muy extenso (30 carreras) y entregó escasos resultados, recordando que los mejores fueron sus cuartos puestos en España 1972 y Bélgica 1973.

Sin embargo, este italiano nacido en Trieste el 3 de octubre de 1941, caracterizado pero sus grandes anteojos, representó una de las grandes esperanzas de Ferrari para ocupar, con un piloto italiano, el lugar que la muerte en Mónaco 1967 le había quitado a Lorenzo Bandini. Lo avalaban sus promisorios comienzos en la Fórmula Abarth y Fórmula 3, y luego sus triunfos y títulos en las carreras de Gran Turismo y Sport, en tiempos en que los saltos de estas categorías a la F 1 eran comunes.

Con esa chapa llegó a la Argentina a fines de 1968. Los memoriosos lo recordarán como el ganador de esa Temporada Internacional de Fórmula 2 sobre una Ferrari -Dino, con la que venció en dos de las cuatro carreras. De ambas, la más recordada es la obtenida en El Zonda sanjuanino, donde derrotó a una oposición que integraban figuras del nivel de Jochen Rindt, Clay Regazzoni, Jo Siffert, Piers Courage, Pedro Rodríguez, Henri Pescarolo, Jackie Olver Ernesto Brambilla, los principales pilotos argentino de la época como Juan Manuel Bordeu, Eduardo Copello, Carlos Pairetti, Andrea Viabini y un Carlos Alberto Reutemann, quien por ese tiempo daba sus primeros pasos internacionales.

De Adamich contó con sus oportunidades, pero, más allá que tampoco era un distinto, no lo acompañó la suerte. Integrado como piloto Ferrari en 1968, sufrió un serio accidente en la Carrera de los Campeones, competencia sin puntaje, que lo mantuvo inactivo varios meses. Posteriormente fue recuperando presencia y fuerza en McLaren, March y Surtees. Así en pleno 1973, le llegó la posibilidad de integrar, junto con John Watson, un segundo equipo  Brabham, denominado Cerámica Pagnossin, para acompañar al principal que conformaban Carlos Alberto Reutemann y Wilson Fittipaldi.Un cuarto lugar en Bélgica y un octavo en Mónaco renovaron las ilusiones de Adamich de alcanzar un importante protagonismo. Pero, una vez más, el destino lo estaba esperando en Silverstone, en el Gran Premio de Gran Bretaña, para tenderle otra trampa. Involucrado en el múltiple choque que, en los tramos iniciales provocó una audaz maniobra de un Jody Scheckter, por entonces novato, Adamich fue el único lastimado, con serias fracturas en sus tobillos, que lo impulsaron a un retiro definitivo.

Igual, no todos fueron contratiempos en la campaña deportiva de Adamich. Tuvo alegrías en el Mundial de Sport como piloto de Alfa Romeo, con sus triunfos en Brands Hatch y Watkins Glen, en esa temporada 1973 que arrancó tan bien y terminó tan mal, con el mencionado accidente en Silverstone que motivó su retiro.

Retirado de las carreras, Adamich siguió ligado al ambiente de la Fórmula 1, como comentarista televisivo en Italia. También aplicó su experiencia en el automovilismo con la creación del Centro Integral de Conducción Segura. En 2022 fue condecorado con la Orden del Mérito de la República Italiana.

Un mes después de cumplir 84 años, se convirtió en recuerdo.

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