A veces una satisfacción cercana puede significar también una preocupación a largo plazo. Es lo que pasa con Alpine, el equipo al que apuesta Franco Colapinto en su sueño de seguir en la Fórmula 1.
En ese camino, un cambio importante es la incorporación del motor Mercedes Benz. Resulta la gran esperanza para dejar en el olvido el calvario que para Alpine fue la temporada 2025, impulsado por el motor Renault.
Todo bien por el momento, pero una reciente noticia aplaca ese entusiasmo. Es el anuncio de la propuesta que hizo Toto Wolff, director deportivo de Mercedes Benz, para que antes del nuevo cambio reglamentario de 2030, la empresa alemana limite a «dos o a lo sumo tres» la cantidad de equipos que reciban sus motores.
Desvinculado de Aston Martin, que se pasa a los motores Honda, Mercedes mantiene cuatro equipos, ya que el ingreso de Alpine reemplaza a Aston Martin y se suma a Mercedes Benz, McLaren y Williams.
«Abastecer a cuatro equipos implica un gran movimiento logístico con ciclos de trabajo más extensos y la dispersión de recursos. Esto marca una gran brecha con aquellos motoristas que tienen un solo equipo», explica Wolff para sostener su pedido. Vale señalar que en cada Gran Premio el motorista debe entregar cuatro motores por cada auto, algo que equivale a decir que en cada fecha Mercedes Benz debe tener disponibles 16 motores para cumplir con sus obligaciones.
Frente a esta propuesta de Wolff y a la hora de pensar por qué lado vendrá el corte, no es difícil imaginar que el principal candidato a salir es Alpine. Los motivos son claros. Por razones obvias no hay que contar al propio equipo Mercedes. En el caso de McLaren, avala su continuidad una larga y exitosa relación, mientras que como sostenes de Williams existen orgánicos vínculos técnicos y políticos.
Alpine es el recién llegado y no con los mejores antecedentes. Encima, a diferencia de los otros usuarios, no tiene acordado cláusulas que contemplen rescisiones anticipadas. Todo esto, y por encima de que falta bastante, encendió algunas alarmas en la sede del equipo francés en Enstone. Y la preocupación fue tal que hasta se escuchó la propuesta de volver al motor Renault. Alain Prost, que en algún momento fue asesor de Alpine, lo descartó terminantemente recordando la paralización de la producción y el cierre de la fábrica en Vichy.
«Detener la producción de un motor de F1 como hizo Renault significa instantáneamente, perder el hilo del desarrollo. La experiencia se dispersa, los bancos de pruebas se resignan y la brecha tecnológica acumulada en tan solo unos meses se vuelve insalvable ante fabricantes que nunca han dejado de producir», explica Prost, quien sin descartar un regreso lo estima para «dentro de mucho tiempo» y sin olvidar que «será difícil, muy difícil…»
Para no olvidar, dentro de la esperanza que para Alpine, crea para 2026 la llegada del motor Mercedes Benz, la pregunta no es sólo si rendirá o no, sino básicamente ¿hasta cuándo durará?





