Habrá que esperar un año más, pero por fin al comienzo de la temporada 2026, la grilla de la Fórmula 1 romperá el molde los 20 autos en el que ha estado encapsulada desde hace una década. La última referencia databa desde el Gran Premio de Abu Dhabi 2016 cuando junto a la decena de equipo actuales (algunos se reciclaron con otros nombres) estaba Manor, de pobre y breve paso al punto que tras esa carrera abandonó la Máxima.
Otro es el perfil de Cadillac, el equipo que se suma a los conocidos. Está respaldado por un gigante de la industria automotriz como General Motors y responde a la identidad estadounidense con ganas de imponer su sello en la categoría mayor del automovilismo. La FIA y Liberty Media, encantados. Los otros equipos, no tanto. Chicanearon todo lo que pudieron para mantener los 10 de siempre. Es que la entrada de otro cambia los números económicos. Obliga a sumar una porción más en la torta del reparto de fondos. Y como pasa en los cumpleaños, a más pretendientes, la porción se achica. En este caso, uno más para repartir, significa unos millones menos a recibir en los dividendos.
Por encima de los intereses de los actuales equipos, es muy bueno que la Fórmula 1 sume más autos. Por ser la categoría a la que todo quieren llegar, son escasos los 20 actuales por encima de las explicaciones de ocasión. Para fortuna de la buena imagen de la categoría, esa escasez no se ha notado tanto en las carreras, donde la mayor confiabilidad que han conseguido los autos y el avance de las medidas de seguridad, hicieron que no hubiese debacles de carreras con muchas deserciones que dejaran al descubierto esa escasez. Igual no deja de ser una amenaza por las circunstancias propias de un deporte mecánico y de riesgo.
Es buena la cantidad de 22 autos, aunque no la ideal. Seguramente resulta poco para quienes recuerdan temporadas de fines de los 80 donde se juntaba hasta 35 autos que obligaban a dos filtros eliminatorios para llegar a los 26 que largaban. Si lo habrá padecido Oscar Larrauri con el modesto Eurobrun. Igual no es para pedir tantos equipos y autos en tiempos donde los equipos despliegan amplias y millonarias estructuras y se apunta más la calidad y al sustento económico que a la cantidad, aunque esto no quita que haya muy buenos y no tanto. Por eso en esta idea de sumar autos es lógico pensar en el ingreso de uno o dos equipos más. Además de ofrecer al público un mayor espectáculo, habilitarían posibilidades de butacas para esa cantidad de pilotos que en la última década han chocado contra la barrera de los 10 equipos y salvo excepciones, en muchos casos, tuvieron que conformarse con sentarse en el banco de suplentes.