Todos critican, pero quieren seguir corriendo en Mónaco.

Pilotos y jefes de equipos han criticado el desarrollo de la carrera monegasca, pero al mismo tiempo proponen distintas soluciones para mejorar los espectáculos y mantener en el calendario el tradicional Gran Premio.

Suele decirse sobre soluciones que no dan el resultado esperado que “fue peor el remedio que la enfermedad…”. ¿Fue peor el remedio de las dos paradas obligatorias en boxes para cambiar neumáticos, para combatir la enfermedad de un Gran Premio de Mónaco con pocos sobrepasos?

Esta es la pregunta que se hace el ambiente de la Fórmula 1, luego que esa variante propuesta por la Federación internacional del Automóvil (FIA) para darle mayor emoción a la carrera terminara en rotundo fracaso. No sólo salió una carrera anodina, con casi ningún sobrepaso en competencia, sino la novedad dio lugar a especiales tácticas, con un auto de un equipo lentificando el andar y complicando a sus seguidores para favorecer la escapada de su compañero. Racing Bulls hizo una y lo imitó a Williams.

“Fue peor la solución”, aseguró Toto Wolff, director deportivo de Mercedes Benz, el equipo más perjudicado por la táctica de Williams, pergeñada por su colega James Vowles, quien se disculpó al día siguiente. ”No teníamos otra opción si queríamos entrar los puntos”, se justificó. Ya en función de nuevas soluciones, Toto agregó que “quizás necesitemos introducir algo así como un tiempo de vuelta máximo para que ciertos oponentes no se vuelvan tácticamente tan complicados”.

Max Verstappen apela a la ironía a la hora de opinar sobre el Gran Premio. «Fue muy emocionante. Lo disfruté mucho. Realmente genial. Quizá deberíamos hacer tres paradas en boxes el año que viene. O cuatro o cinco. Al menos el equipo tendría algo de práctica en boxes”, arranca antes de acelerar con esa ironía y preguntarse “si las dos paradas fracasaron ¿Qué queda por hacer? ¿Tirar bananas a la pista como en Mario Karts?’’

Tal como se esperaba por su condición de ganador, menos crítica es la opinión de Lando Norris. “No creo que haya que hacer grandes cambios. El ganador debe ser quien conduzca la mejor carrera y merezca ganar”, afirma antes de preguntarse. «Ni siquiera sé por qué la gente tiene tantas expectativas sobre la carrera de Mónaco. No es sólo un espectáculo para entretener a la gente».

Un poco más dura es la visión de su compañero Oscar Piastri. “Con los años, tal vez, la regla de las dos paradas dé resultado y salgan mejores carreras, pero ¿correr así, es lo que realmente queremos…”, apunta el líder del campeonato.

“La modificación fue defectuosa y no dio resultados”, sentencia George Russell, quien quiso hacer justicia por mano propia y saltó la chicana del Puerto para superar el tapón que le significaba el Williams de Alexander Albon. Lo recargaron con 30 segundos, pero se consoló con haber completado luego 25 vueltas al ritmo de clasificación.

Por su lado, Albon se disculpó ante los aficionados por su actitud y, como solución para no repetirla, propone la modificación del circuito.

Los jefes de equipo también mostraron su preocupación por el desarrollo de la carrera monegasca y el futuro del circuito. “La única solución para mantener Mónaco sería modificar el trazado”, señala Christian Horner, jefe deportivo de Red Bull, para enseguida proponer como solución “crear una zona de frenado a la salida del túnel o en la primera curva. Los coches actuales son tan grandes que no hay posibilidad de superar a otro auto”.

Coincide su colega de McLaren, Andrea Stella, quien como cosecha personal agrega que “también se necesitan coches más pequeños y livianos”.

Por el contrario, Peter Bayer no tiene muy clara la solución .“No se me ocurre nada. Pero si la pista no permite cambios, la única forma de intervenir es a través del reglamento”, reconoce quien, desde su lugar de director deportivo de Racing Bulls, instrumentó la tácticas de ayuda mutua entre sus dos pilotos, Hadjar y Lawson, que les permitió a ambos llegar en los puesto puntuables.

Hubo otras dos espaciales opiniones de ex Fórmula 1. Nick Heidfeld plantea “considerar algo así como una vuelta comodín, en la que se tomen atajos una o dos veces durante la carrera”. Más terminante fue Ralf Schumacher: “Si las cosas siguen así y no hay solución para las carreras aburridas, esto puede significar el fin del Gran Premio, porque los espectadores no aceptarán ver este tipo de carreras..”.

Con relación al público, resulta interesante la reflexión de Nico Hülkenberg. «Valoro que se haya intentado algo este año con el sistema de dos paradas, pero claramente no funcionó», reconoce en principio el alemán, para luego plantear que “el 99 % de los monegascos vienen para beber champán en un yate y, de verdad, no les importa la carrera…”.

¿Teoría exagerada o cierta?