Siempre fue un tema que generó comentarios la relación entre compañeros en los equipos de Fórmula 1. Salvo contadísimas excepciones y ordenamientos prestablecidos, dista de mostrar ejemplos ideales, algo lógico en un deporte de alta competitividad y donde, como repiten los propios pilotos, el “primer rival lo tenés en tu mismo box”.
Por el contrario, sobresalen y son más recordadas las relaciones tormentosas entre compañeros. Ejemplo histórico es el de Alain Prost-Ayrton Senna en la temporada 1988 que compartieron en McLaren. Está considerada la más feroz en las 76 ediciones del Mundial. Hubo otras, como las de Alain Prost-René Arnoux en Renault en 1982, Nigel Mansell-Nelson Piquet en Williams en 1986, Lewis Hamilton-Fernando Alonso en McLaren en 2007, por citar las más recientes. Y no olvidamos la de Gilles Villeneuve-Didier Pironi, que eran amigos hasta que en 1982 coincidieron en Ferrari y la irrefrenable ambición por ser campeón derivó en la tragedia que, en la carrera de Bélgica, se llevó la vida del canadiense.
Dentro de todo este contexto hay asimismo pilotos que ganaron fama de “mal o complicado compañero”. Justa o injustamente. De la actual grilla, Esteban Ocon es el caso más destacado. Precisamente no son buenos los recuerdos que, por actitudes en pista del francés, tienen Sergio Pérez, Fernando Alonso y Pierre Gasly, sus anteriores compañeros en distintas épocas de su campaña deportiva.
Varios y ásperos roces y toques en carrera se destacan entre las 41 carreras que, en Force India, Esteban compartió con Checo en 2017 y 2018 y que derivaron, al año siguiente, en su alejamiento para tomar el puesto de piloto de pruebas en Renault. De regreso a la titularidad, Esteban tuvo un año relativamente tranquilo en la convivencia con Daniel Ricciardo en 2020. Las cosas volvieron a la “normalidad” en 2021, cuando, junto con el cambio de nombre (Alpine por Renault), llegó al equipo Fernando Alonso, nada menos.
No fue fácil la relación con el español, pese a que, con la contención al avance de Lewis Hamilton, el accionar de Alonso en el Gran Premio de Hungría resultó decisivo para facilitar el único triunfo que, hasta ahora, acreditan Ocon y Alpine. Ese momento de alegría no impidió que Alonso se marchara a Aston Martin. Apareció entonces Pierre Gasly para conformar un equipo íntegramente francés. Esto, junto con la buena relación que ambos, Ocon y Gasly, tenían de sus tiempos en categorías promocionales, abrió esperanzas de una buena relación. Nada que ver. Las ganas de lucirse individualmente provocaron asperezas y el punto culminante fue el choque en Mónaco 2024. Resultó la gota que rebalsó el vaso de la paciencia de los jefes de Alpine, que decidieron no renovarle el contrato que Ocon tenía para 2024. No esperaron la llegada del nuevo campeonato y lo reemplazaron por Jack Doohan en la carrera final de Abu Dhabi. Por entonces, Ocon ya había arreglado su pase a Haas.
Tanto recorrer, 9 temporadas y 175 Grandes Premios, Ocon parece haber encontrado en Haas ese “buen compañero”. Esto se deduce de las declaraciones del francés, que destaca: “Disfruto de verdad trabajando con Ollie (así llama a Oliver Bearman) porque nos hacen compartir el entusiasmo y pasión por las carreras con ausencia de cuestiones políticas. Nos llevamos de maravillas y es genial tener ese ambiente dentro del equipo y la pista como base de una sólida colaboración. Por eso, con Bearman, tengo probablemente la mejor relación de todas las que tuve con mis compañeros”.
Ocon destaca asimismo el trabajo de Ayao Komatsu, el director deportivo de Haas. “También su comprensión es importante para mantener la unión del equipo”, agrega el francés, mientras que Komatsu responde ese elogio al recordar su actitud en la carrera de Spa, cuando Esteban dejó pasar voluntariamente a Bearman sin que existiese una orden, y su comprensión para entender la situación planteada en Silverstone y que le costó puntos al equipo. Parece ideal el clima en Haas. Si es así, que les dure.