Tener un Gran Premio de Fórmula 1 es un deseo permanente de varios países. De quienes como Argentina lo han tenido y buscan recuperarlo, y de aquellos otros que esperan tenerlo por primera vez, amparados en esa etapa de expansión que alienta Liberty Media.
Malasia integra el lote de los que quieren recuperar lo que alguna vez tuvieron. En este caso, hasta fines de 2017, cuando finalizó su paso de 19 años por el calendario al no cerrar los números a la hora del balance entre gastos e ingresos.
Quedó así inactivo para la Fórmula 1 el circuito de Sepang, uno de los tantos diseñados por Herman Tilke, pero que, a diferencia de otros, es muy elogiado por los pilotos. Lo sigue disfrutando el Mundial de Motociclismo, cuyo reciente paso (26 de octubre), además de desempolvar nostalgias del nivel mundial, reactivó las intenciones de tener nuevamente a la Máxima.
«Estoy seguro de que la Fórmula 1 volverá a Malasia», fue el mensaje esperanzador que lanzó Azhan Shafriman Hanif, aunque con un importante condicionamiento. «Los principales esfuerzos del gobierno están puestos en las necesidades de la ciudadanía en lugar de gastar millones en la Fórmula 1» , aclaró el director del circuito en una visión que sería bueno que tomarán en cuenta otros organizadores.
Hanif no se quedó en la limitación e hizo su propuesta para financiar el Gran Premio. «La única vía posible es una alianza público-privada de gran envergadura, capaz de asumir los grandes costos sin ayuda estatal. Si la Fórmula 1 regresa, la recibiremos con los brazos abiertos, pero siempre que el modelo de negocio sea visible», plantea sin vueltas y con realismo.
Pueden ser buenas las intenciones de los malayos, pero el camino para tener otra vez a la Fórmula 1 no se presenta sencillo. A los escollos de las candidaturas sudafricanas de Ruanda y Kyalami, hay que agregar la de Tailandia con el circuito callejero en Bangkok. En la vereda opuesta de Malasia, el gobierno tailandés ya adelantó que acompañará con un multimillonario aporte económico el primer desembarco de la Fórmula 1 en Tailandia. Una diferencia clave para el destino de ambos Grandes Premios.





