A Jack Doohan lo mandaron a dique seco en siete carreras y a Liam Lawson lo degradaron en dos este año. La Fórmula 1 parece ser una guerra de trincheras en la que los soldados novatos se emplean como “carne de cañón” porque los equipos no pueden esperar una evolución pausada de los pilotos jóvenes.
Justamente esa adaptación rápida y la capacidad para puntuar desde las primeras citas es lo que aprecian ahora los jefes de equipo, y por ello Franco Colapinto sorprendió y fue buscado por varias escuadras de alto nivel.
Esta impaciencia de las escuadras tiene directa relación con lo competitivo que está el medio pelotón, donde en tres décimas pueden entrar cinco o seis autos en una clasificación el sábado, y porque conseguir puntos y el dinero asociado a ellos se ha puesto muy caro.
De todas maneras, la situación crítica que puede terminar con la carrera de los novatos lanzados a un combate intenso no es nueva en la Fórmula 1, aunque solía darse más tiempo a los recién llegados para demostrar su valía.
Incluso Helmut Marko, asesor de pilotos de Red Bull, a pesar de su ácida personalidad, suele tener más paciencia, y la decisión este año de devolver a Lawson al equipo satélite Racing Bulls ha sido inusual en él y en el jefe de la escuadra Red Bull, Christian Horner.
En su momento, Red Bull dio dos oportunidades al ruso Daniil Kvyat, a quien se apartó la primera vez para ascender desde Toro Rosso al extraordinario Max Verstappen, quien ganó en su primera carrera con Red Bull.
Después de que en el GP de Italia de 2022 el holandés Nick De Vries acabara noveno en su debut en la F1 con Williams, AlphaTauri lo convocó en 2023. No duró mucho ahí: por resultados modestos y tras protagonizar algunos choques, lo dejaron de a pie al acabar el GP de Inglaterra, más o menos en media temporada.
Juzgar al piloto después de una temporada y algunas carreras más puede parecer lógico. Eso pasó con el estadounidense Logan Sargeant, que fue “despedido” de Williams, donde corrió durante 2023 y en 2024 hasta antes del Gran Premio de Italia, carrera en la que debutó Franco Colapinto.
Sargeant no solo resultaba demasiado lento en relación con su compañero de equipo, Alex Albon, sino que se accidentaba con demasiada frecuencia.
Varios factores explican la limitada paciencia que se tiene hoy en día con los jóvenes de la Fórmula 1, aunque en general llegan bastante preparados desde la F2 y F3:
- Comerciales: La imagen del piloto es clave para el éxito comercial y conseguir patrocinadores.
- Coches difíciles de dominar: Los actuales monoplazas de efecto suelo tienen reacciones rápidas y son difíciles de controlar.
- Tiempos de pruebas limitados: Los controles de costes reducen las oportunidades de rodaje para los novatos, incluso con los modelos de años anteriores.
- Percepción del potencial: Oliver Bearman tuvo un debut impresionante el año pasado con Ferrari, lo que le abrió las puertas de Haas, donde, aún con altibajos, sigue progresando y tiene crédito.
Aunque Colapinto tiene crédito, mucho con Flavio Briatore, que ve en él un gran talento además del dinero que aportan sus patrocinadores, también será sometido desde Imola a un exigente escrutinio. Por suerte para él, sus ensayos en simuladores revelan que tiene la sensibilidad y la velocidad de reacción necesarias para dominar las violentas reacciones de un F1, como podría ser el Alpine A525, y salir airoso.