LOS CAMPEONES DE F1 QUE GANARON EN LE MANS

Las habituales superposiciones de la clásica carrera francesa con Grandes Premios impide en los últimos años el incremento del grupo de pilotos que exhiben estos dos destacados halagos.

Max Verstappen no oculta su deseo futuro de participar y ganar las 24 Horas de Le Mans. Seguramente ofertas para correr no le faltarán, pero por ahora debe esperar por esa ilógica superposición de fechas que la carrera francesa tiene con algún Gran Premio de Fórmula 1.

Esto no ocurría en las primeras décadas del Mundial de Fórmula 1, pero se hizo costumbre a partir de los 80 y 90, por decisión de Bernie Ecclestone con la sutil intención de potenciar la Fórmula 1 y quitarle pilotos y brillo a Le Mans. Una política que continuó Liberty Media, como se ve este fin de semana.

Mientras no hubo superposiciones, un grupo de campeones mundiales de Fórmula 1 se dio el gusto de sumar a sus palmares el trofeo mayor de Le Mans. El primero fue Mike Hawthorn, el rubio inglés que se caracterizaba por el uso del moñito en tiempos que el antiflama ni se imaginaba.

Todavía no se había convertido en el primer heredero de la corona de Juan Manuel Fangio en 1958, cuando Hawthorn, sobre un Jaguar que compartió con su compatriota Ivor Buen, se quedó con la trágica edición 1955 ensombrecida por el terrible accidente que provocó la muerte del piloto francés Pierre Levegh y 80 espectadores. Este éxito de Mike bien pudo haber sido de Fangio que sobre el poderoso equipo Mercedes Benz lideraba la carrera hasta que por el mencionado accidente, el equipo alemán decidió retirar sus autos de la competencia. No hubo otra chance para el Chueco y Le Mans quedó como una de las escasas cuentas pendientes de su exitosa campaña.

Particular fue el caso de Phil Hill, el otro estadounidense con ambos logros. Festejó en las 24 Horas de Le Mans, antes (1958), durante (1961) y después (1962) de su única coronación en la Fórmula 1. En todos los casos, sobre distintos modelos de Ferrari y con el belga Oliver Gendebien, un especialista en carrera de larga distancia, como compañero.

Tal vez sorprenda en esta reducida lista la presencia de Jochen Rindt, aquel talentoso austríaco que según repetía corría “para ganar y no para llegar…“. Muy lejos estaba en 1965 de aquel piloto espectacular y contundente que a puro triunfo llegó en 1970 a un titulo mundial que no pudo disfrutar por su muerte en Monza, antes de culminar la temporada. Comenzaba a insinuarse y tuvo un gran impulso con la victoria en Le Mans 1965, que festejó junto a Masten Gregory sobre una Ferrari 250 M.

Graham Hill estaba en los tramos finales de su campaña en la Fórmula 1, jerarquizada por sus títulos mundiales en 1962 y 1968, cuando en 1972 recibió la invitación para compartir en Le Mans un Matra Simca con Henri Pescarolo. Si bien el francés cargó con la mayor responsabilidad en la carrera, la experiencia de Graham también tuvo su lugar para sellar un triunfo que le permitió alcanzar al piloto inglés una conquista inigualable hasta ahora: la Triple Corona, un trío de míticas carreras compuesto por el Gran Premio de Mónaco, las 500 Millas de Indianápolis y las 24 Horas de Le Mans.

En busca de igualar esta conquista, Fernando Alonso buscó nuevos desafiíos cuando con la segunda década del siglo XXI, su estrella comenzó a opacarse en la Formula 1. No tuvo suerte en Indy, pero si en Le Mans. Integrado al equipo Toyota en los años de absoluto dominio de la marca japonesa, ganó las ediciones 2018 y 2019 en compañía de Sébastien Buemi Kazuki Nakajima. En 2018 también era piloto estable de la Fórmula 1. Fue el último que en esa condición pudo festejar un triunfo en las 24 Horas de Le Mans. Sea Verstappen o quien sea, ojalá haya otros en el futuro.