El corazón de los cambios para 2026 reside en los nuevos propulsores, que verán un aumento significativo en la potencia eléctrica y una reducción en el flujo de combustible. Esto no solo modificará las curvas de par y la entrega de potencia, sino que también influirá en cómo los coches gestionan la energía y, por ende, cómo interactúan con los neumáticos. Paralelamente, la aerodinámica se simplificará, buscando reducir la dependencia del aire sucio y fomentar adelantamientos más limpios. Esta menor carga aerodinámica, especialmente en las curvas, significa que los neumáticos deberán soportar un porcentaje mayor de las fuerzas laterales y longitudinales, exigiendo un diseño radicalmente diferente.
Los neumáticos actuales, con su icónico diámetro de 18 pulgadas, han sido diseñados para trabajar en una ventana operativa muy específica, bajo condiciones de carga aerodinámica extremas y con una gestión térmica delicada. Para 2026, los proveedores de neumáticos, con Pirelli a la cabeza como el actual suministrador único, se enfrentan al reto de desarrollar compuestos y construcciones que no solo se adapten a la menor carga aerodinámica, sino que también complementen las características de los nuevos propulsores y permitan una degradación más predecible y menos crítica.
“Obviamente debemos revisar la estructura de los neumáticos para 2026 respecto a los actuales, ya que el año próximo tendremos la modalidad (Mode-X) en las rectas con una baja carga aerodinámica y la modalidad (Mode-Z) con alta carga aerodinámica en las curvas. Debemos tener en cuenta estas dos condiciones muy diversas en los autos actuales. Nos encontramos con un panorama totalmente distinto”, advierte Simone Berra, ingeniero jefe de Pirelli.
“Los pilotos deberán modificar su estilo de pilotaje. Con los autos de 2026 será necesario anticipar la frenada respecto a los monoplazas actuales. En el pasado la situación más crítica era al final de la recta, cuando se alcanzaba la velocidad máxima con la máxima carga aerodinámica. En la próxima generación de monoplazas hemos visto en el simulador que la velocidad máxima no se obtiene al final de la recta si no 300 metros antes de la fase de frenada. Después hay un gran aumento de la carga al desactivar el Mode-X. Estás serán las condiciones más críticas para los neumáticos”.
Pirelli en colaboración con los equipos, con autos modificados simulando en lo posible la carga aerodinámica de los autos 2026, ya lleva varias semanas probando las coberturas que se homologarán para el año próximo. Si bien los detalles exactos aún se están definiendo, se pueden anticipar varias características clave para los neumáticos de 2026: es probable que los perfiles y las construcciones internas se revisen para maximizar el agarre mecánico. Esto podría significar compuestos que operen eficazmente a temperaturas ligeramente más bajas o con un rango de temperatura operativa más amplio, reduciendo el fenómeno del “graining” y el “blistering” que a menudo afecta a los neumáticos actuales.
Con los nuevos motores y la aerodinámica, la gestión de la energía y el calor en las curvas será diferente. Los neumáticos deberán ser más robustos en su capacidad para disipar el calor y mantener su rendimiento a lo largo de un stint más largo, promoviendo batallas más largas en pista sin una caída drástica en el rendimiento.
La Fórmula 1 se ha comprometido con la neutralidad de carbono para 2030, y los neumáticos jugarán un papel crucial. Se espera una mayor proporción de materiales sostenibles y reciclados en su fabricación, así como una optimización de la logística de transporte y el reciclaje al final de su vida útil. Esto no solo se aplica a los compuestos, sino también a la estructura interna.
Uno de los objetivos declarados de la FIA es mejorar la “manejabilidad” de los neumáticos, dándoles a los pilotos más confianza y una ventana de rendimiento más amplia. Esto se traducirá en neumáticos que no sean tan extremadamente sensibles a las pequeñas variaciones de temperatura, permitiendo a los pilotos atacar más y durante más tiempo sin preocuparse por la caída repentina del rendimiento.
“Estamos analizando en todos estos ensayos los valores de presión correctos teniendo en cuenta las características de los nuevos F1, la estructura y la dimensión del neumático cambia, lógicamente los compuestos en términos de resistencia mecánica y térmica serás distintos”, afirma Berra. “Respecto a la temperatura de la carcasa, por ahora es similar a los monoplazas actuales. En Pirelli pensamos que en los futuros monoplazas la temperatura aumente ligeramente a pesar de que inicialmente creíamos que podría ser algo más baja. Solo con los autos nuevos tendremos una respuesta exacta”.
Los cambios en los neumáticos y sus pruebas para 2026 tendrán un impacto directo y significativo en la competición. Un neumático con un rango operativo más amplio y una degradación más predecible permitirá a los pilotos empujar más fuerte durante más tiempo, fomentando batallas en pista más intensas y sostenidas. La estrategia de las paradas en boxes podría volverse menos predecible si los neumáticos ofrecen una mayor flexibilidad.
En resumen, la evolución de los neumáticos de F1 para 2026 no es un mero ajuste técnico, sino una revolución silenciosa que afectará todos los aspectos de los nuevos autos, también en el peso, pues serán más ligeros al reducir su tamaño. Desde los materiales y el diseño hasta los intrincados procesos de prueba y la estrategia en carrera, los neumáticos de nueva generación están destinados a ser un pilar fundamental en la próxima era de la Fórmula 1, prometiendo un espectáculo más emocionante y sostenible. Los ingenieros de Pirelli y las mentes brillantes de la F1 tienen un desafío emocionante por delante, y el mundo espera con expectación los resultados.