LA HISTORIA DE AUSTRIA EN F1 DESPEGÓ EN UN AERÓDROMO

Incorporado al Campeonato Mundial de Fórmula 1 en 1964, la carrera austríaca arrancó en un circuito que era utilizado como pista de aterrizaje de la aviación austríaca.

Casi una década y media tardó Austria en incorporarse al calendario del Campeonato Mundial de Fórmula 1. Fue en 1964, una época en la que dicho país no integraba el grupo fuerte del automovilismo europeo, pero fue incorporado a la agenda para reemplazar la salida de Sudáfrica y conservar la decena de fechas puntuables.

No abundaban en la tierra del vals los circuitos aptos para una carrera mundialista, pese a que no eran tiempos de tantas exigencias para su aprobación. Por eso, y a instancias de los ingleses, entusiasmados por el éxito del Silverstone, se recurrió a un aeródromo en la zona de Estiria, cercana a Zeltweg, utilizado como pista de aterrizaje de la Fuerza Aérea Austriaca.

De apenas 3.200 metros, con el predominio de una larga recta por sobre la zona trabada, la pista era angosta y por su uso militar el piso presentaba irregularidades. Además por su superficie plana, complicaba la visión de los espectadores desde la mayoría de los sectores.

Deportivamente con media docena de Grandes Premios disputados, el Campeonato mostraba como principales protagonistas a Graham Hill (BRM P261), Jim Clark (Lotus 33) y John Surtes (Ferrari 158). Coincidentemente, los tres pilotos que meses más tarde definirían el título en la fecha final en México con la dramática consagración de Surtees en la vuelta final tras el abandono de Clark.

Sin embargo, aquel 23 de agosto de 1964 el héroe fue Lorenzo Bandini, la esperanza italiana que brillaba en los Sport y tenía decorosas actuaciones en la Fórmula 1. A los 28 años acompañaba a Surtees en el equipo oficial Ferrari. En carrera, Hill no aprovechó la pole y sólo dio 5 vueltas por un problema en el motor. También duró poco Surtees (vuelta 10) y un poco más Clark (41), ambos retirados por problemas en las suspensiones, consecuencia de las irregularidades de la pista.

También la rotura de la suspensión de su Brabham sacó de carrera a Dan Gurney en el giro 48 y esto le dejó servida la punta a Bandini, que había avanzado desde el séptimo lugar de la grilla. Era la oportunidad para festejar su primer triunfo mundialista, pero había que transitar y aguantar las interminables 57 vueltas que todavía restaban para completar una exigencia de 105 giros. Una barbaridad para los tiempos actuales.

Bandini lo hizo con la tranquilidad de tener a una buena distancia (siete segundos) a su escolta inmediato, Richie Ginther, un estadounidense que sobre su BRM también iba por su bautismo triunfal. Lo conseguiría una año más tarde en México. Ese domingo de agosto, la gloria fue para Bandini, quien asi potenció su figura para convertirse en el gran campeón que esperaban los italianos. Desgraciadamente, esa esperanza se consumió entre las llamas de otra Ferrari en su trágico accidente en Mónaco 1967.

Aquel primer Gran Premio de Austria dejó otro hecho que valoró el paso del tiempo. Entre las figuras de la época y sobre un Brabham BT 11-BRM del equipo privado de Rob Walker, debutó con un abandono un joven que empezaba a dar que hablar y más tras su triunfo en las 24 Horas de Le Mans: Jochen Rindt. El mismo que seis años más tarde se convirtió en el primer campeón mundial postmortem.       

Eran aquellos tiempos de formaciones no estables en los equipos. Por eso con frecuencia los Grandes Premios abrían la posibilidad de debutar a pilotos locales. Además de Rindt, en el caso de Austria son ejemplos Niki Lauda (1971), Dieter Quester (1974), Hans Binder (1976), Gerhard Berger (1984) y el inefable Helmut Marko (1971).

Aquella primera edición de la carrera austríaca fue debut y despedida como escenario para el aeródromo de Zeltweg. Ante las múltiples quejas, la FIA lo sacó del calendario e instó a los organizadores austríacos a presentar otro circuito. Así surgió en 1970 el Osterreichring, nombre inicial de un espectacular, veloz y pintoresco trazado, que desde entonces modificó un par de veces su nombre y dibujo hasta quedar luego de la compre por parte de Red Bull en el actual de 4.318 metros conocido por Spielberg Red Bull Ring. Como cambiaron los tiempos puede decirse recordando lo que fue aquella primera edición en un aeródromo.