«Soy un inútil, un completo inútil» – Lewis Hamilton lo dijo así.
Jamás antes un múltiple campeón de F1, y menos alguien que ha ganado 105 carreras y conseguido 104 poles, había sido tan crítico y despreciativo consigo mismo.
Jamás antes le habían superado los compañeros de manera sistemática como le está sucediendo este año. Ya en 2024, en el equipo Mercedes, el joven George Russell le derrotaba en velocidad los sábados en las pruebas de clasificación 24-6.
Pero en Hungría, ya como piloto Ferrari, con 40 años cumplidos en enero pasado, reconocía con su autocrítica, aunque no aceptaba —está claro— que el imparable avance del tiempo se había apoderado de su velocidad, de su sensibilidad, de sus reacciones.
Lo habían eliminado en la Q2, mientras su joven compañero Charles Leclerc conseguía la «pole». En 17 pruebas de clasificación contando las tres para las carreras cortas disputadas, China, Miami, Bélgica, Leclerc le había ganado 12-5.
Y se volvía a machacar: «Siempre soy yo. Soy un inútil. El equipo no tiene ningún problema. El segundo coche está en la pole, así que probablemente solo necesiten cambiar de piloto», decía el cuarentón.
En todo caso, a este Caballero de la Reina se le aplican las generales de la ley:
Con la edad, el cuerpo pierde algo de su agudeza y reflejos. La vista se deteriora, la coordinación ojo-mano se vuelve lenta, se pierde velocidad de comunicación neuronal y sensibilidad corporal que afecta la conducción. Unas centésimas de demora en dar un contra volante con centímetros de más en un derrapaje y una pérdida de velocidad o tardanza en el momento de acelerar. Todo sumado al cabo de una vuelta puede equivaler a una décima y media hasta tres décimas perdidas respecto al compañero de equipo. Y si eso se repite, carrera tras carrera, ya estás afuera.
Es cierto, en estos tiempos modernos, los pilotos intentan superar estas limitaciones y los estragos de la edad y entrenan duro para mantenerse físicamente en forma. Pero no todos lo consiguen con la misma eficacia.
Una excepción que confirma la regla es Fernando Alonso, quien, a sus 44 años, sigue siendo más rápido que sus compañeros (en este caso Lance Stroll) y logrando muy buenos resultados en cuanto el auto se lo permite y después de haber debutado hace 24 años con Minardi.
Muy probablemente, Hamilton no sea consciente de que le están pasando síntomas a nivel mental.
Con el tiempo, el subconsciente se aburre de hacer lo mismo una y otra vez, ya sea ganar o perder, durante un largo período de tiempo. La mente humana busca el cambio y nuevos desafíos. Además de eso, todos los viajes y compromisos de relaciones públicas, demasiados en Lewis, causan una carga y responsabilidades adicionales. No es fácil estar en el ojo público durante la mayor parte de una vida, aunque a él de momento eso no le inquieta. Que no le cause estrés visible no significa que no le desenfoque del objetivo que proclama: ganar con Ferrari un campeonato. Muy probablemente, debido a su declinación, aunque Ferrari le entregue en 2026 el coche para hacerlo, esté allí interponiéndose y siendo más veloz otra vez, su peor enemigo: Charles Leclerc.
Lewis no habla de retirarse, pero en esa frase diciendo que Ferrari debería plantearse cambiar de piloto (él mismo), equivale casi a reconocerlo.
Dejar la Fórmula 1 a los 40 años no resulta prematuro porque, dependiendo de las circunstancias, se puede seguir ganando. Hamilton, a bordo de un McLaren de este año podría hacerlo. Otra cosa sería que pueda disputarle el campeonato a Oscar Piastri.
En los años 50, con coches que no exigían verdaderos atletas al volante como los actuales, se podían ganar campeonatos ya bien entrado el campeón en la década de los 40. Juan Manuel Fangio consiguió su quinto título a los 46 años y disputó su última carrera (Gran Premio de Francia 1958) con 47 años de edad. El monegasco Louis Chiron, protagonista central de grandes premios en los años treinta del siglo pasado, quien tiene la marca de haberse retirado a la mayor edad; en 1955 a la edad de 55 años y 8 meses. Jack Brabham, 3 veces coronado, colgó el casco a los 44 años en 1970 después de haber sido campeón en 1966. Una hazaña para un tipo que había disputado su primer Gran Premio en 1950.
Hamilton triunfó este año en la carrera corta del sábado previo al Gran Premio de China. A partir de ese momento, comenzó a sufrir con una Ferrari bastante nerviosa e inestable, que sí pudo dominar su compañero Leclerc. Desde que se cambió la reglamentación para coches con efecto suelo en 2023, Hamilton empezó a sufrir. Coches excesivamente duros como son los actuales, si son difíciles de manejar, hacen que los pilotos más veteranos entren en crisis. El escenario actual y el inexorable paso del tiempo no hacen excepciones y muy probablemente, cuando Hamilton llegue a la edad del incombustible Alonso, ya no esté en la Fórmula 1.