Curiosamente, en épocas de globalización e integración deportiva, África es el único de los continentes habitados que no tiene una fecha en su calendario. Y pensar que era una presencia permanente en buena parte de las décadas del 60, 70, 80 y 90, hasta su alejamiento tras la edición 1993 ganada por Alain Prost con su Williams FW15C.
Intenciones de regreso no faltaron en las poco más de tres décadas que pasaron de aquella última cita del 14 de marzo de 1993. Se intensificaron en los últimos años, y con argumentos políticos y raciales, sumados a los deportivos contaron en Lewis Hamilton como un gran impulsor.
Este resurgimiento del deseo de volver a África movió otras alternativas como posibles escenarios además de la de Kyalami, el circuito cercano a Johannesburgo, que albergó 20 de las 23 ediciones (las tres primeras entre 1962 y 1965 se corrieron en East London). Hay una propuesta de Ruanda que difícilmente prospere por cuestiones de seguridad, y otra dentro de la República de Sudáfrica con la novedad de un circuito callejero en Ciudad del Cabo, ya utilizado en 2023 con una carrera de Fórmula E.
Sin descartar el posible regreso de la Fórmula 1 al continente africano, Stefano Domenicali, le puso un freno a la iniciativa.
“Antes de hablar concretamente del retorno de Gran Premio de Sudafrica, necesitamos garantías de tres frentes: inversión que beneficie a la comunidad más allá de la presencia de la Fórmula 1, infraestructura no sólo del circuito sino también de hoteles, carreteras y aeropuertos y una base económica que pueda sustentar el evento durante el transcurso de los años”, detalló el titular de Liberty Media, como puntos innegociables para avanzar en los proyectos.
Coincidente fueron las respuestas de los distintos organizadores dispuestos a encarar el proyecto. ”No estamos a la espera, estamos trabajando para evaluar lo que falta antes de seguir adelante…”, avisan.
Por lo visto el tema va para largo.