Cuántas veces se especuló en Argentina con la posibilidad de financiar parte del costo del Gran Premio de Fórmula 1 con la venta de entradas. Muchas, tantas como el tema quedó en la nada ante la impracticabilidad de esa particular solución, básicamente por el elevado precio que cada entrada significaría para el bolsillo de la mayoría del público, aquellos que van realmente a ver la carrera y no a mostrarse o hacer relaciones públicas.
Dueño de una economía totalmente distinta, Canadá puede permitirse recurrir a ese recurso para financiar parte de su carrera. Y comenzará a ponerlo en práctica a partir del año que viene, punto inicial de un extenso contrato por diez años que finalizará en 2035. Una extensión que, por su duración, causó alguna sorpresa, ya que antes del acuerdo, la continuidad de la carrera canadiense estaba en duda.
Este aumento de precios llevará de 90 a 140 dólares el valor promedio de las entradas. Y, como sucede con tantos otros pagos en la vida, comenzará a efectivizarse antes que se concreten los hechos. Está fijado para el 2026, con el fin de ir creando un fondo y aplicarlo desde el 2032, cuando el actual canon se eleve de 22.000.000 de dólares a 25.000.000 por cada año.
Esa diferencia de 3.000.000 de dólares es la que Liberty Media impuso a los organizadores para prolongar un contrato que originalmente vencía en 2031. Hubo aceptación de los directivos canadienses. Total, como en tantos otros casos de la vida, paga la gente. Todo sea, por seguir viendo a la Fórmula 1.