Aston grita auxilio. ¿Lo escuchará Adrian Newey?

Aston Martin podría presionar a su socio-diseñador, Adrian Newey para que saque al AMR25 del pozo en que se ha hundido.

Aston Martin atraviesa con su equipo de Fórmula 1 por otra crisis que se suma a la que ya pasó en 2024. En Australia, ambos coches quedaron eliminados en la Q2, con Lance Stroll finalizando sexto gracias a una buena estrategia mientras Fernando Alonso se accidentaba. En China, tras una carrera sprint sin puntos, Stroll acabó noveno y Alonso se retiró por problemas de frenos. La situación empeoró en Japón, donde Stroll terminó último a una vuelta, mientras Alonso fue eliminado en la Q3.

Una vuelta rápida inspirada de cualquiera de los dos pilotos del equipo no les premia por el rendimiento del chasis en tandas largas de carrera.

Las declaraciones de Alonso tras su undécimo puesto en Japón fueron reveladoras: «No somos lo suficientemente rápidos para estar en el top 10. Supongo que ni siquiera somos lo suficientemente rápidos para estar en el top 18». El análisis técnico muestra que el AMR25 carece de eficiencia aerodinámica. En las rápidas eses de Suzuka, Alonso y Stroll tenían que sobreponerse al drama. A la salida de las mismas, por ejemplo, el McLaren de Norris podía acelerar antes, además de tener una velocidad mínima en la última curva 5 km/h superior. Después de acelerar, en el tramo hasta la siguiente curva, esa diferencia se convertía en 10 km/h y la ventaja a favor del McLaren se iba a 3/10 de segundos. Y seguía aumentando progresivamente en el resto del dibujo hasta convertirse en una distancia sideral de 9/10.

Alonso (verde) sufre en las curvas rápidas de Suzuka (círculos en blanco. El anaranjado sobre el dibujo del circuito señala donde dominaba McLaren.
Alonso (verde) sufre en las curvas rápidas de Suzuka (círculos en blanco. El anaranjado sobre el dibujo del circuito señala donde dominaba McLaren.

Será muy difícil para Lawrence Stroll, el socio de control de la empresa que cobija al equipo, no pedirle a su reciente socio minoritario, Adrian Newey, que corrija el desastre. El ingeniero más exitoso de la historia de la F1 y creador de todos los coches campeones de Red Bull podría perfectamente negarse ya que desde marzo ha comenzado a establecer los detalles del concepto general para el coche de 2026 concebido para un reglamento muy diferente al actual.

La situación en el palacio Aston Martin es complicada. Stroll contrató como director técnico en julio de 2024 al jefe de proyectos de Ferrari, el ingeniero aeroespacial Enrico Cardile, quien por cuestiones contractuales no podrá trabajar para Aston hasta mediados de julio próximo. Tal como le sucedió a Newey, Cardile se encontrará con un AMR25 mal concebido por otros y debería, si Newey se involucra en tratar de enderezar la aerodinámica del coche, coordinarse dejando egos aparte con el prestigioso diseñador inglés.

Newey se mostró muy reticente cuando entró en 1997 a McLaren a «arreglar» o «meterse» con el diseño que Neil Oatley había dibujado para ese campeonato, el MP12.

El dilema para Aston Martin es claro: ¿utilizar el genio creativo de Newey para intentar salvar una temporada que ya parece pérdida, o permitirle concentrarse en el futuro proyecto para 2026? La respuesta más sensata parecería ser la segunda, reconociendo que el AMR25 es un «caballo muerto». Ha llegado la hora de drásticas decisiones en Aston Martin. Stroll es impaciente pero no solo tiene un compromiso a medio-largo plazo con Newey sino que tampoco se puede permitir quedar mal con Honda, que será su proveedor oficial de motores para el año próximo. Un buen torneo en 2026 serviría para atraer al mejor piloto que podría contratar para 2027: Max Verstappen.