Alpine y Red Bull ante el resto de la temporada

Los méritos de McLaren desnudan las carencias de los equipos de Max Verstappen y Franco Colapinto.

En la Fórmula 1, el éxito es una frágil alquimia de innovación técnica, estrategia impecable y cohesión humana. Mientras este año McLaren consolida su dominio basado en un desarrollo metódico y fiable, el equipo multicampeón Red Bull y el Alpine de Franco Colapinto siguen atrapados en crisis no muy distintas e igualmente profundas.

La clave para entender por qué McLaren gana no solo reside en sus propios aciertos, sino en cómo su fortaleza explota las grietas fundamentales de sus rivales. Entre los recursos humanos de McLaren destaca la figura del veterano ingeniero Rob Marshall, que llegó a la escuadra papaya procedente de Red Bull en enero de 2024 y se ha erigido, a sus 57 años, como un catalizador decisivo en Woking.

Rob Marshall.
Rob Marshall.

Obviamente, Marshall, que es Director Técnico de Ingeniería y Diseño, se complementa muy bien con el team principal, el ingeniero italiano Andrea Stella que entró al equipo en 2022. Y distintas serán las realidades para McLaren, Alpine y Red Bull desde que se acaben las vacaciones de la F1 con el Gran Premio de Holanda en un par de semanas.

El Efecto «Tío Rob»

Según Dan Fallows, aerodinamicista que trabajó con Marshall en Red Bull, una cualidad importante del líder técnico de McLaren es su capacidad de unir, de hacer que la gente trabaje en equipo de manera productiva.

En declaraciones para el sitio web «The Race», Fallows añadió: «No hace política, sabe cohesionar departamentos y sabe cómo unificar las necesidades aerodinámicas con aquellas de las suspensiones. Es, además muy creativo e innovador». Marshall, ingeniero mecánico, especialista en suspensiones, trabajó 17 años junto a Adrian Newey.

Mientras otros equipos luchan por validar sus mejoras sin conseguirlo, McLaren gana décimas de forma gradual y constante, manteniéndose un paso por delante. Han demostrado que no necesitan ser un equipo oficial para dominar, diseñando suficientes elementos propios, como su caja de cambios, para marcar la diferencia.

El impacto de Rob Marshall en el éxito de McLaren

Red Bull: Grietas en la Armadura del Campeón

En el otro extremo del espectro se encuentra Red Bull, un equipo cuya caída ha sido tan rápida como sorprendente. El Gran Premio de Hungría expuso brutalmente las limitaciones de su monoplaza. El problema es profundo y conceptual: el coche tiene una ventana de operación eficaz tan estrecha que se pierde por completo en circuitos que demandan máximo rendimiento en curvas de media velocidad, precisamente donde McLaren, en palabras del nuevo director técnico de Red Bull, Laurent Mekies, los está «matando».

Max Verstappen, frustrado, describe un coche que «me está impidiendo ir rápido». A pesar de un flujo constante de actualizaciones, los problemas de equilibrio y predictibilidad dinámica del RB21 no se han curado. El monoplaza es incapaz de activar con temperatura los neumáticos correctamente, careciendo del agarre mecánico necesario. El resultado, como se vio en Hungría, es un coche que es, a la vez, lento e impredecible. La envidia de Verstappen al hablar de la potencia y firmeza del eje delantero del McLaren al entrar en curvas de 150 a 220 km/h lo dice todo: anhela una cualidad que su propio coche es incapaz de ofrecer.

Esto pudo verse claramente en la telemetría de Max comparada con la de Piastri: perdía tiempo entre las curvas 5 y 8 y en la última.

Y en el intento de encontrar un compromiso viable entre el subviraje protector trasero durante una vuelta de clasificación y una duración decente de carrera larga, el balance del auto puede fácilmente derivar hacia un área donde Verstappen siente que no tiene suficiente agarre rápido en el eje delantero que le permita rotar el auto.

Esta crisis técnica se enmarca en un período de agitación interna. La destitución del ocho veces laureado director del equipo, Christian Horner, a mitad de temporada, y la llegada del ingeniero Laurent Mekies, es la búsqueda de un nuevo líder. Verstappen ha respondido positivamente al cambio, aclarando, eso sí, que «en el próximo año o dos realmente podremos ver su toque en el equipo». En el presente, con un Verstappen cuyo promedio de puntos ganados en las carreras ha caído drásticamente y un equipo relegado al cuarto lugar de constructores, las ambiciones se han reducido a simplemente tener «buenos fines de semana aquí y allá». El tetracampeón holandés dijo que Red Bull no podría ganar carrera alguna de aquí a fin de año.

Max Verstappen junto a Laurent Mekies.
Max Verstappen junto a Laurent Mekies.

Alpine: en crisis por una apuesta al futuro

Si la situación de Red Bull es profunda, la de Alpine no lo es menos. El equipo languidece en el último lugar de la clasificación, y su director técnico, David Sánchez, no oculta el problema principal: la unidad de potencia Renault. «En términos de eficiencia híbrida y máxima potencia de combustión, estamos por detrás de nuestros rivales directos», admite. Este déficit es un ancla que arrastra todo lo demás. Obliga al equipo a correr con menos carga aerodinámica para compensar en las rectas, lo que a su vez provoca un desgaste de neumáticos «extremo» en ciertos circuitos.

Con la decisión de cambiar a motores Mercedes en 2026, Alpine tomó la «decisión audaz» de introducir sólo una única gran actualización en 2025 y nada más. Esto se produjo en la cita de Barcelona para centrar sus recursos en el futuro. El piloto de referencia, el francés Pierre Gasly, defiende esta apuesta a largo plazo. «Espero que dé sus frutos el año que viene», afirma, señalando que la curva de aprendizaje para el coche de la próxima temporada es «bastante pronunciada». Esta decisión técnica afectó negativamente a Colapinto ante su necesidad de crear prestigio y desarrollarse con consistencia.

Pierre Gasly.
Pierre Gasly.

La esperanza de Alpine reside enteramente en el futuro: una colaboración con Mercedes que, según Sánchez, «va muy bien» y lo que logre el departamento de aerodinámica. Afirma Sánchez que se logran grandes progresos para el coche de 2026, pero fue este departamento de aerodinámica, guiado por él mismo, el que diseñó un A525 inmanejable en curvas lentas, otro factor que quedó claro en Hungría y antes en Mónaco.

Antes de llegar a ese futuro prometido, en el que intentará estar Colapinto, Alpine debe navegar el resto de la temporada por las turbulentas aguas de una temporada ya casi perdida.

En conclusión, el panorama actual de la Fórmula 1 es un claro reflejo de que la estabilidad y una visión técnica clara son los pilares del éxito. McLaren, unificado bajo el liderazgo general de Zak Brown, Andrea Stella, el Team Principal y Rob Marshall, prospera. Mientras tanto, Red Bull y Alpine, cada uno a su manera, demuestran cómo las debilidades conceptuales de un coche, la agitación interna o un déficit fundamental de potencia pueden desmantelar rápidamente los proyectos más ambiciosos.

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