Los grandes campeones son así. Por más que tengan pergaminos cargados de triunfos y títulos y cuentas bancarias desbordantes de dólares y/o euros, siempre quieren estar en el terreno de la acción de su actividad. Por pasión, por ego o para cuidar su puesto.
«Es mejor estar arriba del auto que mírarlo por la televisión. Podría haber tranquilamente dejado pasar esta carrera de Hungría, y más con el antecedente de lo mal que había andado el equipo en Bélgica, pero intuía que las cosas iban a mejorar y, por suerte, no me equivoque», reconoció Fernando Alonso, luego de salir adelante en el Hungaroring de un fin de semana que comenzó con la incertidumbre de su participación (el piloto de reserva Felipe Drugovich lo reemplazó en el entrenamiento inicial) y terminó con un destacado quinto puesto en su mejor clasificación en la temporada, que lo elevó con 26 puntos en el campeonato a la undécima posición que comparte con su compañero Lance Stroll.
Todo esto podría no haber ocurrido si el español no hubiese superado con su esfuerzo y determinación el pequeño desgarro en la zona lumbar detectado tras una resonancia magnética y que le provocaba fuertes dolores. ”Me lesioné con el asiento en la carrera de Spa”, recordó el español antes de contar su experiencia en el Hungaroring con las mejoras que, para permitir su participación, realizó el equipo en el habitáculo del Aston Martin AMR25.
«Tuve un poco de dolor e incomodidad al sentarme, porque es la misma posición donde se tensa el músculo constantemente en cada bache, en cada piano, en cada curva. Pero es un dolor soportable…”, detalló Alonso, quien le dio su parte del mérito en esta recuperación al equipo, que también se vio con el séptimo lugar de su compañero Lance Stroll, al retorno del uso del piso utilizado en Silverstone y su buen encaje con las nuevas piezas incorporadas. Hay que agregar, asimismo, en las causas de este buen resultado la capacidad y experiencia de Alonso para gestionar los neumáticos.
A este elogio profesional a Alonso hay que sumar el que recibió de parte de los médicos que lo trataron. “Cualquier persona normal, hubiese estado de baja por dos semanas, Fernando estuvo listo para correr en dos días…”, señalaron con asombro. Los grandes campeones son así.